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Las personas infectadas con el virus del sida pueden recibir un trasplante renal de manera segura, según informaron investigadores.
El hallazgo, publicado en la New England Journal of Medicine (NEJM), es una buena noticia para las personas con el VIH que son más propensas a la enfermedad renal, en parte por los fármacos que deben tomar para mantener el virus bajo control.
Antes de que los cócteles de medicamentos convirtieran al VIH de una sentencia de muerte a una condición crónica, los pacientes no podían recibir un trasplante de riñón. Pero ahora pueden.
\»La supervivencia del paciente y del injerto es realmente bastante buena y se aproxima a la de la población general\», dijo el doctor Peter Stock, de la Universidad de California en San Francisco, quien dirigió el estudio.
Con todo, las noticias no son todas buenas. Las tasas de rechazo fueron entre dos y tres veces mayores de lo normal, lo que sorprendió a Stock.
\»No fueron tan drásticos y pudimos revertirlos\», indicó el experto. \»Aunque sabemos que cada episodio de rechazo se lleva un poco de vida del riñón. Lo que hace que en lugar de durar 20 años, podría durar 15. Por eso es tan importante resolver eso\», añadió.
El equipo de Stock estudió a 150 pacientes tratados en 19 centros médicos de Estados Unidos.
Los pacientes, que fueron seguidos por un período de hasta tres años después de sus trasplantes, tuvieron una tasa de supervivencia a un año del 95% y del 88% a tres años.
El 90% de los riñones aún funcionaban después de un año y el 74% seguía en marcha a los tres años.
Esas tasas de éxito se encuentran entre lo que se esperaría para todos los receptores y los mayores de 65 años.
Once de los 150 pacientes murieron. Las muertes fueron causadas por problemas cardíacos, cáncer en el riñón más antiguo e infecciones bacterianas y pulmonares.
Stock dijo que no había evidencia de que el proceso de trasplante provocara un resurgimiento del virus del sida, aunque inicialmente el número de glóbulos blancos protectores decae.
\»El VIH simplemente no avanza\», dijo Stock, quien agregó que el mismo efecto se observó entre los receptores de trasplantes de hígado.
En el pasado, los médicos temían que los fármacos necesarios para prevenir el rechazo renal pudieran interferir con los medicamentos que mantienen el VIH bajo control.
Boston, noviembre 21/2010 (Reuters)