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Los stent recubiertos con medicación son tan seguros como sus antiguas versiones de metal para los pacientes con obstrucción de las arterias coronarias mayores, lo que alivia la preocupación sobre el uso de estos dispositivos a largo plazo, mostró un estudio europeo amplio.
“No se registraron más muertes o ataques cardíacos dos años después de la colocación del stent con medicamentos”, según datos presentados en las jornadas del encuentro de la Asociación Estadounidense del Corazón, en Chicago.
El ensayo clínico, realizado y financiado por el Hospital Universitario de Basilea, Suiza, es importante porque existía gran preocupación de que los stent cubiertos con medicación pudieran causar coágulos sanguíneos y provocar ataques cardíacos e incluso la muerte, después del implante.
Los stent son pequeños dispositivos que mantienen despejadas las arterias afectadas. Los fármacos que contiene el stent evitan que se vuelvan a formar coágulos en las arterias, lo que reduce la necesidad de repetir el procedimiento. El dispositivo se implanta usando un catéter que se conecta con el vaso sanguíneo a tratar, generalmente va desde la ingle hasta el corazón.
El doctor Christoph Kaiser, coautor del estudio y jefe de Cardiología intervencionista del Hospital Universitario, indicó que estos stent suelen preferirse ante los dispositivos metálicos más antiguos para tratar vasos menores. Además de un perfil de seguridad mejorado, los pacientes tratados con estos implantes requieren la repetición de menos procedimientos.
\»Ahora que los stent emisores de medicación mostraron no dañar los vasos a largo plazo, creo que los médicos cambiarán\», señaló Kaiser. \»El temor de usar los stent emisores de medicación en vasos mayores ya no se justifica\», añadió.
El estudio con 2314 pacientes de Suiza, Dinamarca, Austria e Italia se dividió en tres grupos: uno recibió el stent Cypher-Select emisor de sirolimús de Johnson and Johnson; otro, el dispositivo Xience emisor de everolimus de Abbott Laboratories; y el tercero, el stent de metal Vision, también de Abbott.
Los pacientes fueron seguidos entre marzo del 2007 y mayo del 2008 y después de dos años la tasa de mortalidad por infarto cardíaco fue del 2,7% en los pacientes que recibieron el stent con sirolimús, del 3,3% en los tratados con el stent con everolimus y del 4,8% en las personas que se implantaron el stent de metal. Kaiser manifestó que se sorprendió con los buenos resultados.
“Solo podemos especular, pero es probable que se deba al hecho de que los stent estén mejorando con los años y también lo están haciendo los médicos y las técnicas de implante\», expresó el autor.
La compañía Medtronic Inc y Boston Scientific Corp también fabrican stent.
Chicago, noviembre 16/2010 (Reuters)
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