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En este año Latinoamérica reducirá en 600 000 el número de personas desnutridas respecto a 2009, una cifra considerada \»insuficiente\» por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que presentó un informe sobre la seguridad alimentaria en la región. La FAO pronostica que el número de hambrientos en la región se situará en 52,5 millones en 2010, lo que revierte la tendencia al alza que se registraba desde 2006.
\»La reversión del hambre en 2010 es importante, pero insuficiente para la única región que iba en camino de erradicarla\», indicó el representante regional de la FAO, José Graziano, al presentar el \»Panorama de la Seguridad Alimentaria en América Latina y el Caribe\» 2010, un informe que analiza las principales tendencias de la lucha contra el hambre en la región.
Aunque Graziano calificó la reducción de \»positiva\», lamentó que América Latina y el Caribe sea la única región en el mundo en la que la cifra de personas con hambre permanece prácticamente inalterada con respecto a 2009, cuando alcanzó los 53,1 millones.
En este sentido se refirió a la región de Asia y el Pacífico, donde la reducción será este año de 80 millones de personas, y a la región de África subsahariana, donde habrá 12 millones menos de hambrientos. Las estimaciones de la FAO apuntan a que, después de alcanzarse en 2009 una cifra de un billón de personas con hambre en el mundo, el número descendería este año a 925 000 personas.
Según el estudio, el aumento de los precios internacionales de los alimentos a partir de 2006 y la crisis financiera y económica en 2009 son los principales factores que explican el aumento de la malnutrición en la región en los últimos años.
El representante regional de la FAO explicó que aunque América Latina estaba mejor preparada para afrontarla, la crisis económica fue más profunda de lo inicialmente previsto y tuvo graves consecuencias en el empleo y en los ingresos de los hogares más vulnerables, lo que prolongó la crisis alimentaria.
El experto se refirió al gran número de personas de la región \»flotando en torno a la línea de la pobreza\» y que, tras la crisis, pasaron a ser considerados pobres, así como a la falta de recursos financieros de los gobiernos de la región para enfrentar la difícil coyuntura económica.
En este sentido, destaco que los países que lograron sortear mejor las situaciones de pobreza extrema y hambre fueron los que contaban con instituciones mejor preparadas para implementar políticas anticíclicas, como Colombia, Brasil y Perú y en menor medida Argentina y Chile.
Otros países, como México, que son muy dependientes de la economía estadounidense, no lograron recuperarse, a lo que tampoco ayudó el impacto del cambio climático en la zona que afectó a las cosechas y consecuentemente a la volatilidad de los precios. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) pronostica que la economía latinoamericana crecerá este año a un ritmo del 5,2%, profundizando en la recuperación iniciada en la segunda mitad de 2009.
Pese al regreso al crecimiento económico en la región y aunque se consiga reducir el hambre, la FAO prevé que las cifras de personas hambrientas sigan siendo altas en los próximos años. Para la superación del hambre, el organismo sugiere una agenda a medio plazo de políticas públicas para la seguridad alimentaria que vincule el crecimiento económico con la inclusión social.
\»Solo vinculando el crecimiento económico con la inclusión social se pueden obtener resultados de largo plazo, que tengan un impacto más profundo que las acciones de emergencia\», señaló Fernando Soto Baquero, coordinador del grupo de políticas de la oficina regional de la FAO.
El organismo de Naciones Unidas llamó la atención sobre la importancia de revalorizar el papel de la agricultura familiar en el abastecimiento de alimentos para que los países tengan mayor autonomía en momentos de crisis y sobre la necesidad de erradicar la desnutrición crónica infantil y la obesidad.
Santiago de Chile, octubre 13/2010 (EFE)