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El director de Desarrollo Social de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), Martín Hopenhayn, instó a actuar rápidamente sobre la desnutrición infantil y el analfabetismo para evitar desventajas crónicas de aprendizaje y capacidad productiva, y prevenir así las \»generaciones perdidas\».\»Puedes discutir mientras tanto el pacto fiscal y hacer una inversión en educación a largo plazo, pero erradicar el analfabetismo y la desnutrición infantil son elementos que los tienes que hacer ahora, son los cimientos\», declaró Hopenhayn a Efe en Buenos Aires, donde participa en el Congreso Iberoamericano de Educación.
Si no se actúa oportunamente, insistió, \»no hay nada que hacer\» durante toda la trayectoria vital posterior, esa generación \»se pierde para toda la vida, no se recupera\».
Citó como ejemplo sectores indígenas rurales con \»bolsones\» de desnutrición que afectan a la mitad de los niños, donde la acción debe ser a \»corto plazo\» para no condenar a una generación a la pobreza durante toda la vida.
El directivo de la CEPAL defiende que la educación sea efectivamente la \»palanca para revertir\» las desigualdades de origen, por medio de un acceso mayoritario al aprendizaje, pues los niveles de logro escolar siguen en la actualidad \»muy vinculados\» a las capacidades socio-económicas de las familias.
En relación con la inversión que necesita el proyecto regional \»Metas Educativas 2021\» (100 000 millones de dólares en diez años), indicó que el grueso debe salir \»del esfuerzo fiscal\».
\»Es un problema interno de los países, pero cualquier pacto fiscal implica incrementar las transferencias de recursos hacia el sector educativo sacándolo de otro lado\», aumentando la carga tributaria, consideró.
Relaciona esto con la necesidad de un \»pacto fiscal\» más amplio, con aumento de la presión tributaria en países donde está por debajo de la media regional (17% del PIB), y basado en políticas que sean realmente redistributivas, en controlar la evasión y reducir las exenciones si no sirven de incentivo.
\»Ese aumento de la carga, entre otras cosas, sería importante para que existieran los recursos que el Gobierno podría usar en el horizonte de las Metas Educativas 2021\», para que las sociedades puedan dar un salto en la inclusión social y en la productividad media, opinó.
Hopenhayn plantea la posibilidad de un impuesto específico con este objetivo, sobre bebidas alcohólicas o tabaco, o tasas aeroportuarias para combatir la pobreza, aunque advirtió que esta no es la base de la discusión fiscal general.
No obstante, matizó que no todos los países tendrán que hacer ese esfuerzo fiscal por igual para los objetivos educativos, dado que parten de situaciones diferentes.
Citó un grupo de países con el gasto social más bajo, que necesitarán entre un 20 y un 40% de recursos procedentes de la solidaridad de otros, pero que tendrían que rendir cuentas de cómo han gestionado esos recursos adicionales.
\»Se requiere algún mecanismo de rendición de cuentas, que no se trate solamente de transferir recursos. Los países son soberanos, pero el esfuerzo es iberoamericano y tiene que haber circulación de información sobre cuánto se aporta y qué se está haciendo\», explicó.
Sobre el retraso de desarrollo de Iberoamérica, comentó que una de sus \»maldiciones\» ha sido ser rica en recursos naturales, lo que ha propiciado una cultura \»rentista\» y no productiva, a lo que acompaña los bajos salarios.
\»Seguimos, en gran medida, siendo muy deficitarios en aumento de productividad, y esto es muy crítico hoy en día en el tránsito a la sociedad del crecimiento\», advirtió.
Otro de los déficits es el índice de \»informalidad laboral\» (economía sumergida), alrededor del 48% en las ciudades, pero que puede ser mayor en las zonas rurales.
Son trabajadores con bajos ingresos, sin contratos, con mucha inestabilidad y sin acceso a la Seguridad Social, que se encuentran en situación de \»vulnerabilidad permanente\», indicó Hopenhayn.
La educación, por el contrario, previene los bajos salarios porque aumenta los años de escolaridad y la formación, y esto supone una transformación de las economías con mejores sueldos y nivel de productividad de cada trabajador.
Por último, señaló que la región \»no está tan mal\» y, aunque es cierto que las desigualdades entre países son grandes, Iberoamérica está \»menos expuesta\» a la crisis internacional, tiene \»relativamente buenos balances\» comerciales y fiscales, debido a que algunos países han estado aplicando políticas fiscales más enérgicas.
Buenos Aires, septiembre 18/2010 (EFE)