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Si la comunidad internacional no consigue firmar y posteriormente implementar el nuevo tratado para controlar y distribuir justa y equitativamente los beneficios que se derivan de la utilización de los recursos biológicos, las consecuencias serán \»un desastre\» para la humanidad.
Así lo afirmó, en una rueda de prensa en Ginebra, Ahmed Djoghlaf, secretario ejecutivo del Convenio sobre Diversidad Biológica, firmado en 1992, para proteger la riqueza natural de nuestro planeta.
\»Tras los decepcionantes resultados de la reunión sobre cambio climático en Copenhague, los estados parte de la Convención sobre Diversidad Biológica deben establecer nuevas normas para proteger la biodiversidad y asegurarse de que las comunidades de donde procede dicha riqueza se benefician de su explotación, esto es vital, de no conseguirse será un total desastre\», aseguró Djoghlaf.
\»Si no lo logramos, provocaremos un daño irreparable a nuestro planeta\», alertó el secretario ejecutivo, quien afirmó que estaba dando \»la voz de alarma\».
Del 18 al 29 de octubre se reunirán en la ciudad japonesa de Nagoya los estados partes del Convenio, 193 países, entre los que no se incluye Estados Unidos.
Precisamente, uno de los mayores déficit del Convenio es que el país más poderoso del mundo y, para muchos, el que mayor uso hace de la biodiversidad ajena, no forme parte del acuerdo.
\»Se ha hecho un esfuerzo internacional para intentar convencer a la administración estadounidense de la importancia de unirse al acuerdo, yo espero que en los próximos meses su participación sea una realidad\», señalo Djoghlaf.
En Nagoya debería firmarse un acuerdo por el cual se establezcan unas normas para proporcionar acceso a los recursos biológicos del planeta pero asegurando que las comunidades de donde provienen dichos bienes puedan obtener un beneficio de su explotación comercial.
El objetivo es que el nuevo protocolo ayude a los países a explotar de forma eficiente y racional sus recursos biológicos y al mismo tiempo protegerlos.
\»Hasta la fecha no hay leyes internacionales, cada país decide si las establece o no, con las nuevas normas habrá estándares que tendrá que cumplir cada estado parte\», aseguró Djoghlaf, quien está convencido de que el nuevo protocolo permitirá que las empresas hagan más inversiones, gracias a que el resultado será más predecible, y que el país se beneficiará del negocio.
\»Esta será también una manera de luchar por conseguir los Objetivos del Milenio -metas de desarrollo socio-económico establecidas por la ONU para ser logradas antes del 2015-\».
Precisamente, en el marco de la próxima Asamblea General de Naciones Unidas, los jefes de Estado reunidos en Nueva York para, entre otras cosas, evaluar el progreso de los Objetivos del Milenio, participarán en una sesión especial sobre biodiversidad y la importancia de firmar el nuevo protocolo.
\»Espero que los jefes de Estado comprendan la importancia del nuevo acuerdo y den el impulso necesario para que el tratado sea firmado en Nagoya\», concluyó Djoghlaf.
Ginebra, septiembre 10 (EFE)