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De 2000 a 3500 vidas podrían salvarse en Francia cada año con un mejor conocimiento de la población sobre primeros auxilios en caso de paros cardíacos, indicó el Ministerio de Salud galo.
En este sentido, la cartera anunció en un decreto publicado en el Diario Oficial una operación a nivel nacional para optimizar la señalización de los desfibriladores externos automáticos (DEA). Con esta nueva particularidad establecida conforme a las recomendaciones internacionales, el testigo de un paro cardíaco visualizará un DEA cerca del accidente y podrá efectuar las acciones necesarias para la supervivencia de la víctima, detalla el ministerio.
Los expertos insisten en la importancia de la formación de la población en los tres gestos que salvan vidas: alertar, masajear y desfibrilar. Entre 40 000 y 50 000 personas son víctimas de un paro cardíaco cada año y menos del 2% sobreviven.
En la nación gala existe un decreto emitido en 2007 que permite a toda persona no médico utilizar un DEA ya sea semiautomático o enteramente automatizado. Un artículo publicado en TF1news refiere que en Francia existen 35 000 desfibriladores instalados. Si se tienen en cuenta estudios recientes que hablan de la necesidad de situar uno por kilómetro cuadrado, se requerirían unos 500 000 en el país, señala el reporte.
París, septiembre 3/2010 (PL)