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Más de 1,5 millones de personas que sobrevivieron al cáncer en Estados Unidos conviven con hijos menores de 18 años, según artículo publicado en la revista Cancer en su edición online.
Los investigadores esperan que esa cifra, calculada por primera vez, ayude a los “proveedores de salud” a tener en cuenta a esas familias y a brindarles más apoyo. \»Creo que se subestimó muchísimo la cantidad de hijos que sufren con el cáncer de un padre\», dijo la doctora Paula Rauch, quien no participó en el estudio.
\»Siempre fue más fácil estimar la mortalidad por cáncer, y todavía muchas personas imaginan que la mayoría de las muertes y de los sobrevivientes son adultos mayores sin hijos a su cargo\», agregó Rauch, fundadora y directora del programa Parenting At a Challenging Time (PACT) del Massachusetts General Hospital, en Boston.
El equipo de la doctora Kathryn Weaver, del Centro Médico Bautista de la Universidad de Wake Forest en Winston-Salem, Carolina del Norte, analizó datos de 13 385 sobrevivientes oncológicos que participaron en encuestas nacionales de salud en Estados Unidos entre el 2000 y el 2007.
El análisis reveló que un 18% de los sobrevivientes de un primer cáncer y el 14% de todos los sobrevivientes oncológicos en Estados Unidos conviven con uno o más hijos menores. Este reporte extrapolado a toda la población, da un total de 1,58 millones de sobrevivientes del cáncer en Estados Unidos que viven con unos 2,85 millones de niños. Unos 562 000 niños conviven con un padre en las fases iniciales del tratamiento o en el proceso de recuperación.
Las cifras estarían subestimando la realidad, dado que el estudio no incluyó a los sobrevivientes que conviven con nietos y sobrinos u otros miembros jóvenes de la familia. Para el equipo, los padres que sobreviven a un cáncer y sus familias necesitan un apoyo extra, que no siempre forma parte del proceso terapéutico. Por ejemplo, los padres con la enfermedad sufrirían el estrés adicional de pensar que quizás no puedan ver crecer a sus hijos.
Las parejas de esos sobrevivientes suelen tener que adoptar el papel de ambos padres durante el tratamiento, cuyo costo añade tensiones emocionales en la familia. Y los hijos necesitarían atención u orientación escolar adicional.
Para el sistema de salud, \»lo más importante es controlar a todos los integrantes de la familia para identificar los problemas\», destacó Weaver. \»A algunas familias les iría muy bien. Otras pueden tener varios familiares que están luchando, agregó\».
Nueva York, junio 30/2010 (Reuters Health)