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Entre críticas y aplausos de ambientalistas y expertos, nace en Alemania un programa de ampliación del área de bosques silvestres para cubrir hasta el 5% del territorio.
El programa de la Agencia Federal Alemana para la Conservación de la Naturaleza (BfN) tiene como meta “multiplicar por diez” para el 2020 la superficie actual de zonas casi sin intervención humana, que según estimaciones oficiales alcanza a las 194 000 hectáreas.
\»Las áreas que se puedan considerar selva silvestre corresponden a los núcleos de los 14 parques nacionales\», diseminados por distintas partes del país, explicó a Tierramérica la presidenta de la BfN, Beate Jessel.
El argumento central para defender el plan, lanzado este mes como aporte a la celebración del “Año Internacional de la Diversidad Biológica”, es que esa superficie es pequeña comparada, por ejemplo, con los parques naturales de Gran Bretaña, que cubren más del 8% de su territorio.
Los bosques silvestres comenzaron a retroceder en los países de Europa a partir de la industrialización hace más de 200 años, un proceso que se aceleró desde mediados del siglo XX. La desaparición de estos ecosistemas originales es más palpable en las riberas de los ríos, casi todos canalizados, o en las regiones costeras debido a la construcción de diques y otras medidas de protección contra mareas.
Incluso los bosques relativamente intactos en el “corazón” de los parques nacionales muestran diferencias sustanciales respecto de la selva original del centro de Europa. Sólo en los países nórdicos y en partes de Europa oriental subsisten áreas naturales extensas, consideradas claves por los expertos para proteger la diversidad biológica y amortiguar los efectos del cambio climático, pues permiten recrear el ambiente sin “perturbaciones humanas”.
\»Son muy útiles como espacios de comparación y de estudio de la dinámica natural de la evolución, y cuyas enseñanzas podemos poner en práctica en una futura política de protección ambiental\», sostuvo Jessel.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza define las selvas silvestres como extensas áreas que han conservado su carácter original, en las que reina una gran diversidad biológica.
Jessel comentó que Alemania debe tener “el coraje de dejar que la naturaleza reine de nuevo en áreas extensas de su territorio\». Sin embargo, ambientalistas dudan de que conceptos como \»selva salvaje\» y \»bosque silvestre\» sean útiles para la protección de la biodiversidad. \»Esta lógica no es completamente falsa, pero oculta que la intervención humana con propósitos de protección ambiental también contribuye de manera esencial a los mismos objetivos\», reportó a Tierramérica la profesora de Ecología Gisela Kangler, de la Universidad Técnica de Munich, Alemania.
En las áreas protegidas, la intervención humana impide que especies particularmente depredadoras se transformen en plagas que destruyan, de manera natural, un equilibrio ecológico artificial pero deseable. El fenómeno inverso es común en las áreas silvestres. En los años 80, la proliferación de escarabajos casi destruyó una región central del Parque Nacional del Bosque de Baviera, creado en 1967, y obligó a las autoridades locales a intervenir, en contra de sus intenciones iniciales, apuntó.
Esta alternativa es compartida por ambientalistas de la BfN. Axel Ssymank, experto en biotopos y ecología del paisaje. El experto dijo que muchas regiones no boscosas constituyen hoy el nuevo hábitat de especies expulsadas de las ciudades cercanas o de campiñas cultivadas de manera intensiva.
\»Tales áreas deben ser protegidas y no permitir que la selva silvestre las ocupe\», so pena de destruir de manera natural el nuevo ecosistema, puntualizó Ssymank. \»El bosque alemán estaría hoy constituido del 80% al 90% por hayas si nuestros antepasados no lo hubiesen diversificado por razones comerciales\», añadió.
La sociedad \»debería desarrollar intencionalmente la selva silvestre\». La evolución demográfica de algunas regiones alemanas puede ser un elemento a favor de ese desarrollo; por tanto artificial, de la naturaleza, indicó Ssymank.
Berlín, junio 30/2010 (IPS)