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La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) que firmará el próximo 6 de julio en Lausana una declaración conjunta de colaboración en la lucha contra el dopaje con la Federación Internacional de la Industria de Medicamentos (FIIM), que reagrupa a un gran número del sector.
Esta asociación, que se dio a conocer en la reunió de la AMA en Montreal el pasado mayo, tiene como objetivo permitir a las organizaciones antidopaje conocer las moléculas de sustancias e identificar de manera precoz a aquéllas que presentan un potencial dopante.
El convenio será firmado por el director general de la AMA, David Howman, y el presidente de la FIIM, Haruo Naito, que cuenta con las empresas más importantes desde Bayer a Roche, pasando por GlaxoSmithKline, Bristol-Meyers Squibb, Novartis, Sanofi-Aventis y Pfizer.
Si la idea de involucrar a los fabricantes de medicamentos en la lucha antidopaje puede ser obvia, esta colaboración no se ha realizado en la práctica, con algunas excepciones, por razones de confidencialidad de las patentes.
En la década de los noventa, los expertos antidopaje fueron tratados de manera condescendiente por aquellos que intentaban acercarse.
Sin embargo, las actitudes han cambiado desde el episodio de la \»Cera\» en 2008, la tercera generación de EPO (eritropoyetina) utilizada en el Tour de Francia y en los Juegos Olímpicos de Pekín por los deportistas ya que pensaban que era imposible detectarla.
Comercializada por Roche en 2008, este medicamento está destinado a la insuficiencia renal y llamó la atención de las autoridades antidopaje a causa de los ensayos clínicos en 2004, cuando los rumores ya la situaban en el mundo del deporte.
El Comité Olímpico Internacional (COI) informó que presupone que la \»Cera\» se utilizó en los Juegos de Invierno de 2006, por lo que decidió que se realicen nuevos análisis a entre 30 y 40 pruebas tomadas en Turín en los próximos meses.
París, junio 17 (AFP)