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Los esfuerzos de los países desarrollados para mejorar la salud en los países pobres, que consisten en suministrar cada vez más tratamientos contra enfermedades infecciosas, aceleran la resistencia de los microbios a los antibióticos, alertó un estudio.
En los últimos años, las organizaciones gubernamentales del mundo desarrollado y grupos privados de ayuda se han movilizado para permitir a los países pobres procurarse tratamientos contra el paludismo o la tuberculosis, destaca el estudio de la Center for Global Development, una organización no gubernamental con sede en Washington.
Si bien la distribución más que abundante de estos tratamientos salvó numerosas vidas, también provocó un crecimiento de la resistencia de los patógenos a estos anti-infecciosos, algo que según los expertos podría evitarse con mayores controles.
Washington, junio 16 (AFP)