Los pacientes con cardiopatía isquémica que acumulan grasa abdominal tienen doble de riesgo de fallecer que aquellos que presentan tejido adiposo en cualquier otra parte del cuerpo, según un estudio de la Clínica Mayo.

Los resultados, publicados en la Journal of the American College of Cardiology (JACC) (doi:10.1016/j.jacc.2010.11.058), han analizado los datos de 15 923 personas con enfermedad arterial coronaria, que han participado en cinco estudios a nivel internacional, indican que quienes padecen esta enfermedad y a la vez sufren de exceso de grasa abdominal corren el doble de riesgo de muerte. Esto, según destacan los investigadores, equivale al riesgo de fumar a diario un paquete de cigarrillos o padecer de hipercolesterolemia, sobre todo, entre los hombres.

Los datos refutan la paradoja de la obesidad, un hallazgo desconcertante en muchos estudios, que muestra cómo pacientes con un índice de masa corporal (IMC) más alto y enfermedades crónicas como la cardiopatía isquémica, tienen mayor probabilidad de sobrevivir que otras personas de peso normal.

“Se sospechaba que la paradoja de la obesidad obedecía al hecho de que el IMC no es una buena medida de la grasa corporal, ni ofrece ninguna perspectiva sobre la distribución de la grasa. El IMC solo es una medida del peso en proporción a la estatura, pero parece que lo más importante es cómo se distribuye la grasa en el cuerpo”, explica la autora principal del estudio y miembro del departamento de Cardiología en la Clínica Mayo, Thais Coutinho.

En este sentido, el investigador principal del proyecto y director del Programa Cardiometabólico de la Clínica Mayo, Francisco López Jiménez, explica por qué este tipo de grasa sería más nocivo. “Se ha descubierto que la grasa visceral tiene más actividad metabólica y ocasiona más cambios en el colesterol, presión arterial y nivel de glucosa en la sangre. Sin embargo, la grasa que se ubica sobre todo en otras partes del cuerpo, especialmente en las piernas y nalgas, no presenta más riesgo”, detalla.

A la luz de estos resultados, los científicos afirman que los médicos deberían aconsejar perder peso a los pacientes con cardiopatía isquémica e IMC normal que tengan grande la circunferencia de la cintura o proporción alta entre cintura y cadera. La medida es muy fácil de usar, apunta la Dra. Coutinho, quien asegura que “todo lo que se necesita es una cinta métrica y un minuto del tiempo del médico para medir el perímetro de la cintura y cadera del paciente”.
mayo 4/ 2011 (Jano)

Nota: los usuarios del dominio *.sld.cu, tienen acceso al texto completo de este artículo a través de Hinari.

Thais Coutinho, Kashish Goel, Daniel Corrêa de Sá, Charlotte Kragelund, Alka M. Kanaya, Marianne Zeller, et. al. Central Obesity and Survival in Subjects With Coronary Artery Disease: A Systematic Review of the Literature and Collaborative Analysis With Individual Subject Data JACC; Volumen 57, No. 19, mayo 10/2011, Págs. 1877-1886

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