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El «Ambystoma mexicanum», mejor conocido como ajolote -en peligro de extinción- se ha convertido en pieza clave de la medicina regenerativa, debido a su gran capacidad de regenerar partes de su cuerpo y órganos como el corazón, la retina y el hígado.
En el Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio) del Cinvestav, se ha iniciado un proyecto, dirigido por el investigador Luis Alfredo Cruz Ramírez, que permitiría que las personas que han perdido alguna de sus extremidades puedan recuperarla.
En este análisis se buscan obtener los transcriptomas -que es secuenciación genética del RNA- del ajolote, para tener la información más básica y completa que se acerque a lo que es un genoma para empezar a trabajar con él.
Si todo va bien, «calculamos tener los primeros resultados experimentales en un mediano plazo, en tres, cinco años», dijo Cruz Ramírez, investigador titular docente del Cinvestav.
Aunque, tomará decenas de años llegar a conclusiones específicas, para que, por ejemplo, se pueda después aplicar en medicina regenerativa, expresó a Notimex en un recorrido por las instalaciones del Langebio, ubicadas en Irapuato, Guanajuato, en el Occidente del país.
«Empezamos a trabajar con el ajolote, porque es la especie de vertebrado con la mayor capacidad de regeneración en el planeta comparado con cualquier otro vertebrado», indicó.
Este anfibio -explicó mostrando varias especies que se encuentran en peceras colocadas en un pequeño cuarto, las cuales en su mayoría, les han sido proporcionadas por el laboratorio de conservación de la UAM Xochimilco- es capaz de regenerar todas sus extremidades, sus patas, su cola, si se les amputa o sufre una herida.
También puede regenerar partes del corazón, de la retina, del hígado, subraya el investigador.
«Nosotros queremos saber cuáles son los mecanismos que están involucrados en estos procesos de regeneración, por qué los humanos perdimos esta capacidad y por qué los «Ambystomas mexicanum» la mantienen», expuso.
Dijo que el proyecto iniciado hace ocho meses «va bien» y hay un avance de ensamblado del cien por ciento de todos estos transcriptomas, de cada una de estas bibliotecas de genes.
«Ahora es anotar bien esos genes, es decir armar la secuencia, saber qué tanto se están expresando, cuantas copias hay de cada gen por tejido, cual es más expresado en la patas, cuál está más expresado en el hígado, cuál está más expresado en el corazón», indicó.
«Cómo es posible que este animal tenga la capacidad de crear un nuevo órgano completo de manera ordenada sin que ocurra un desorden genético como los que dan origen al cáncer», cuestiona el investigador del Cinvestav, dependiente del IPN.
Y es que, en el caso de humanos o ratones, hay un descontrol del ciclo celular, lo que ocurre es la formación de tumores y en muchos casos son cancerosos.
Los proyectos realizados en el Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad han colocado a este centro de investigación como el más importante de México.
Si bien cuando tienen apenas nueve años de actividad, el centro ha logrado colocar a México como líder mundial en el desciframiento genómico.
Con equipos sofisticados y una vez preparadas las muestras, ha sido posible secuenciar genomas del maíz palomero, frijol, chile y está por concluirse el del aguacate.
El trabajo a lo largo de casi una década es intenso en cada uno de los 14 laboratorios que conforman este gran espacio de 10 mil metros cuadrados, que se ubica en el kilómetro 9.6 del Libramiento Norte de la carretera Irapuato-León.
Alfredo Herrera Estrella, encargado del Laboratorio de Expresión Genética y Desarrollo de Hongos, donde se estudia el genoma de diferentes microorganismos, señala que a raíz de los estudios realizados en este centro se han logrado concretar patentes y se tienen otras en curso en beneficio de los agricultores mexicanos.
«Los cultivos con los que hemos trabajado son papa, chile, tomate, hortalizas en general muy importantes para el país», resaltó.
Dijo que uno de los proyectos que tienen es el análisis de información genética del frijol, uno de los cultivos más importantes para México y toda América Latina, por ser la principal fuente de proteínas para más de 500 millones de personas.
«Lo que estamos haciendo nosotros es analizar la información genética del frijol, tratando de establecer cómo se originó, cómo fue domesticado y encontrar fuentes de información genética en especies silvestres del propio frijol que puedan ser retomadas hoy».
El objetivo es el mejoramiento de nuestros frijoles y que sean más tolerantes a condiciones adversas, como sequía, que es una de las más importantes en el caso del frijol o contra algunos patógenos que ya sabemos que atacan de manera importante, refiere Herrera Estrella.
Dijo que en esta investigación se está en la fase final, al haberse completado la secuenciación del genoma del frijol, además de completar 13 genomas adicionales de otros frijoles silvestres y los que cultiva el hombre.
Y es que, como dice Cruz Ramírez, «esto no se acaba, se contesta una pregunta y a partir de lo que se responde se generan nuevas preguntas».
junio 9/2014 (Notimex)
Tomado del Boletín de Prensa Latina: Copyright 2012 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»