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Una investigación muestra evidencias de que las neurotrofinas y sus receptores pueden servir para desarrollar tratamientos analgésicos para el dolor por endometriosis.
La endometriosis se caracteriza por la presencia de tejido endometrial fuera del útero, normalmente depositado en ovarios, en las trompas de Falopio y en el tejido que recubre la pelvis. Se estima que afecta a entre el 5 y el 10% de las mujeres en edad fértil, en quienes puede causar dolor intenso e infertilidad.
Si bien hay diversos fármacos indicados para el dolor asociado a la endometriosis, no siempre son suficientes. Un grupo de investigadores encabezado por Robert Taylor, del Departamento de Ginecología y Obstetricia y de Patología de la Universidad de Buffalo, en Estados Unidos, ha estudiado una potencial vía de desarrollo de nuevos medicamentos.
“La endometriosis es común y compleja, y probablemente se desarrolla por múltiples mecanismos etiológicos. Por tanto, se necesitan múltiples dianas terapéuticas. En las últimas cinco décadas la estrategia se ha centrado en aproximaciones quirúrgicas y endocrinológicas. Fármacos nuevos, dirigidos a bloquear la neuroinflamación pueden ser futuras y prometedoras intervenciones en el dolor asociado a endometriosis”, expone Robert Taylor.
Hace más de 80 años que los médicos conocen la presencia de fibras nerviosas en el útero humano, pero su vinculación con el dolor en la endometriosis es más reciente.
Neuronas en tejido endometrial
En este trabajo se han buscado biomarcadores neurales en biopsias de tejido endometrial obtenidas de ocho mujeres sometidas a histerectomía (cuatro pacientes con endometriosis; cuatro sin endometriosis).
La inmunohistoquímica confirmó la presencia de neuronas en el tejido endometrial humano, y las células estromales endometriales aisladas expresaron neurotrofinas y sus receptores. Se analizaron muestras de líquido peritoneal de 14 participantes con endometriosis y 26 participantes sin endometriosis.
Interleucina 1β
Así, los investigadores del estudio, que se acaba de publicar en The American Journal of Pathology, postulan una nueva diana terapéutica que se encuentra regulada por la vía de señalización de la interleucina 1β (IL-1β) a través de la cinasa c-Jun N-terminal (JNK).
En la investigación muestran que gran parte de los mediadores dominantes de la inflamación, el crecimiento nervioso y la sensación de dolor se comunican sobre todo a través de una vía de señalización selectiva de la vía JNK.
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Se trata de una vía, como se explica en el trabajo, implicada en la regulación de las neurotrofinas, un tipo de proteínas específicas del sistema nervioso central y periférico.
La consecuencia más significativa que se desprende del hallazgo es la posibilidad de desarrollar fármacos dirigidos a esa vía como una nueva estrategia para frenar el dolor pélvico asociado a la endometriosis.
Nuevos tratamientos dirigidos
«Nuestra investigación y la de otros investigadores sientan las bases para identificar nuevos fármacos que bloqueen los estímulos dolorosos que emanan de la pelvis al cerebro, abriendo oportunidades para mejorar los síntomas y la calidad de vida de las mujeres que no están bien atendidas por los limitados tratamientos disponibles en la actualidad. Los fármacos del futuro dirigidos específicamente contra JNK, pero que no interfieren en la producción de hormonas ováricas, podrían sustituir a los actuales agentes disruptores hormonales, muchos de los cuales presentan perfiles de efectos secundarios adversos”, afirma el autor principal.