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Las autoridades sanitarias chinas anunciaron la extensión progresiva de los servicios de analgesia durante el parto en los hospitales públicos del país, después de que el gigante asiático registrase un descenso de su población en los últimos tres años.
El objetivo es que estas prestaciones estén disponibles en los principales centros hospitalarios públicos del país con servicios obstétricos antes de finales de 2025, y que se amplíen a todos los de segundo y tercer nivel para el año 2027, recogió en las últimas horas el diario local The Paper.
La medida busca generalizar el uso de técnicas médicas que permiten reducir el dolor en el proceso de parto mediante la administración de fármacos en el canal raquídeo, una práctica conocida comúnmente como «parto sin dolor» o analgesia epidural, según una directriz emitida recientemente por la Comisión Nacional de Sanidad y otras entidades gubernamentales.
El documento establece que las instituciones sanitarias deberán cumplir con una serie de requisitos técnicos básicos para la prestación de este tipo de servicios.
Entre ellos figuran la mejora de las infraestructuras destinadas a la analgesia en partos, la disponibilidad de equipos y medicamentos necesarios, así como la formación especializada del personal médico implicado.
Según el diario estatal China Daily, solo el 30% de las mujeres embarazadas en China reciben anestesia para aliviar el dolor durante el parto, en comparación con más del 70% en algunos países desarrollados.
Expertos citados por el rotativo achacan la baja tasa a percepciones erróneas sobre los efectos secundarios de la anestesia en los recién nacidos, una escasez de anestesiólogos y una falta de estandarización de los precios.
En los últimos tiempos, algunos gobiernos locales ya habían comenzado a cubrir los costos de la analgesia durante el parto en sus seguros médicos regionales.
China, que en 2023 cedió a la India el título de nación más poblada del mundo, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), permite desde 2021 tener un tercer hijo, pero la tasa de fertilidad sigue cayendo y, según analistas locales, se sitúa en torno a 1,0 hijos por mujer, lo que coloca a China solo por encima de Corea del Sur en este indicador.
Las parejas chinas citan el alto costo de criar a un hijo y el conceder prioridad a su carrera profesional como algunos de los factores que los obstaculizan a la hora de decidir tener descendencia.
Ante la coyuntura, las autoridades han enfatizado en los últimos años la necesidad de crear una «sociedad favorable a la crianza», mientras que expertos locales han recomendado aumentar los subsidios para la vivienda, la crianza y la educación, así como servicios públicos de cuidado infantil.
09 junio 2025 | Fuente: EFE | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
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En México, una de cada tres mujeres que tiene un parto sufre violencia obstétrica, situación que no mejora pese al reconocimiento y la tipificación de este delito en las leyes, según advirtieron especialistas en una mesa de diálogo este lunes en la capital mexicana.
Rebeca Ramos, directora ejecutiva del Grupo de Información en Reproducción Elegida (Gire), señaló que «la tipificación y la persecución penal» de este tipo de violencia, «lejos de ayudar, obstaculiza que las causas se puedan atender de manera adecuada».
«La situación es mucho más compleja. Hay una serie de desafíos y de retos a nivel institucional y a nivel estructural que hay que atender», expuso durante un conversatorio en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Aunque 28 de 32 estados reconocen la violencia obstétrica en sus leyes, Ramos destacó que no se observa «cambios significativos» en «un país con alta demanda de servicios sanitarios» y una inversión pública en salud aún «insuficiente».
La investigadora Graciela Beatriz Muñoz coincidió en que los códigos penales «no son el espacio para nombrar la violencia obstétrica».
«Penalizar nos va a llevar hacia una judicialización de la salud, una medicina defensiva y no va a resolver el problema», avisó Muñoz.
Ramos apuntó que los códigos penales responsabilizan a individuos, pero no atienden las «fallas institucionales o estructurales», como la falta de insumos, personal, intérpretes, condiciones dignas en los hospitales, debilitamiento del primer nivel de atención y saturación en los otros niveles.
La experta resaltó que una de cada tres mujeres que tuvo un parto en los últimos cinco años, vivió alguna forma de violencia obstétrica, según el informe ‘¿Qué dicen los datos públicos? Radiografía de la violencia obstétrica y la muerte materna’ publicado por Gire en 2023.
El informe, realizado con base en información censal de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh), también encontró que los grupos más vulnerables son las mujeres menores de 30 años, indígenas, solteras o sin acompañamiento y personas con discapacidad.
Entre las principales formas de violencia obstétrica destacó las cesáreas sin justificación clínica y la presión para aceptar métodos anticonceptivos o de esterilización, por lo que Ramos remarcó la urgencia de pasar del reconocimiento en las leyes a la atención de las causas estructurales.
«Carencias de instalación apropiadas de suministros esenciales y de personal calificado son una realidad inobjetable, y no ha sido ni será la solución enfocarse en generar leyes de carácter y punitivo, ni presionar para que las fiscalías estén investigando este tipo de situaciones», recalcó la experta.
09 junio 2025 | Fuente: EFE | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
