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Los análisis sanguíneos practicados a la población de la localidad belga de Chièvres tras un escándalo de contaminación por los llamados «químicos eternos» o PFAS han revelado que el 28,8 % de los examinados presenta «riesgo incrementado» por esos agentes químicos sintéticos.
En diciembre de 2023 trascendió que unos 12 000 vecinos de Chièvres y sus alrededores estuvieron expuestos a través del agua a una tasa de esas sustancias muy por encima del límite europeo de 100 nanogramos por litro para 20 tipos de PFAS, que entrará en vigor en de enero de 2025.
Las autoridades propusieron practicar análisis de sangre voluntarios a los afectados sobre 19 tipos de PFAS y los resultados sobre las 1 836 personas que participaron en el estudio, en torno al 15 % del total de afectados, fueron publicados este martes por el Instituto Científico de Servicio Público.
Entre 0 y 2 nanogramos/mililitro, no hay peligro; entre 2 y 20, se entra en una zona de riesgo y más allá de 20 nanogramos por mililitro, se considera zona «roja» y se recomienda a los afectados que se sometan a otros exámenes para detectar posibles problemas como cáncer de mama, testicular o colitis ulcerosa.
Los resultados comunicados este martes muestran que el 98 % de los examinados supera los 2 nanogramos por mililitro, mientras que no supera ese umbral el 95 % de la región de Valonia donde se encuentra Chièvres.
Además, el 28 % presenta «riesgo incrementado», lo que demuestra que las personas de la zona están «sobreexpuestas a las PFAS», indicaron las autoridades.
«El agua es una de las fuentes de contaminación, pero hay que profundizar más, todas las variables de los cuestionarios deben ser analizadas aún, ya que esto puede influir en la impregnación», indicó a la prensa la responsable del equipo de «biomonitoreo» Ingrid Ruthy.
La exposición a las PFAS es «solo un elemento entre otros en la aparición de patologías», agregó la presidenta del Consejo Científico Independiente sobre loas PFAS, Corinne Charlier, quien advirtió también sobre el «efecto cóctel» a la hora de generar enfermedades.
El último escándalo por PFAS, de los varios que han sacudido al pequeño país altamente industrializado en los últimos años, se cree relacionado con la utilización de espumas antiincendios que contenían «químicos eternos».
Las sustancias perfluoroalquiladas (PFAS) son un conjunto de unos 4 700 agentes químicos sintéticos que se acumulan en los seres humanos y en el medio ambiente y pueden provocar problemas de salud como daños hepáticos, enfermedad tiroidea, obesidad, problemas de fertilidad y cáncer, según la Agencia Europea del Medio Ambiente.
Debido a sus propiedades impermeables tanto al agua como a la grasa, a su resistencia al calor y a su gran estabilidad, esas sustancias fabricadas por el ser humano se utilizan en una amplia variedad de productos, que van desde las cajas de pizza a los componentes electrónicos pasando por el teflón o productos de limpieza.
Se denominan «químicos eternos» porque gozan de una persistencia excepcional.
25 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia