oct
21
El estándar de atención para los pacientes con trastornos alimentarios cuando son admitidos en el hospital por desnutrición es iniciar un plan de alimentación bajo en calorías y aumentar las calorías lentamente.
Un nuevo estudio, publicado en la revista JAMA Pediatrics, indica que los pacientes se recuperan más rápido con el enfoque opuesto, es decir con una dieta con más calorías y aumentarlas rápidamente.
En lo que se cree que es el ensayo clínico aleatorio más grande jamás realizado para examinar enfoques de realimentación, los investigadores dirigidos por Benioff Children’s Hospitals, de la Universidad de California (UCSF), y la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford dividieron a los pacientes hospitalizados en dos grupos.
De los 111 que completaron el estudio, 51 adolescentes y adultos jóvenes consumieron 1 400 calorías el primer día, con aumentos de 200 calorías cada dos días. En el segundo grupo, 60 adolescentes y adultos jóvenes consumieron 2000 calorías el primer día, con aumentos de 200 calorías por día. En ambos grupos, cualquier alimento no consumido fue reemplazado por una cantidad equivalente en calorías de fórmula líquida de alta energía.
Los investigadores encontraron que las complicaciones médicas que habían provocado sus ingresos, como presión arterial baja y bradicardia, o ritmo cardíaco lento o irregular, se restauraban más rápidamente en el grupo de más calorías, lo que resultaba en estadías hospitalarias más cortas y menos costosas.
«En el pasado, estos pacientes permanecían en el hospital durante semanas y por lo general perdían peso al principio, explica la primera autora Andrea Garber, nutricionista en jefe del Programa de Trastornos de la Alimentación de la UCSF y profesora de pediatría en la División de Medicina del Adolescente. Queríamos ver si el aumento de calorías mejoraría estos resultados y aun así mantendría la seguridad». A pesar de las largas hospitalizaciones, los estudios muestran que casi la mitad de estos pacientes son readmitidos en un año.
Entre los pacientes del estudio 63 tenían anorexia nerviosa y 48 tenían anorexia nerviosa atípica, un diagnóstico más reciente que afecta a personas de peso normal, o incluso a aquellas que tienen sobrepeso u obesidad, cuya rápida la pérdida de peso conduce a las mismas condiciones de salud.
El fundamento de la realimentación baja en calorías se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando se documentaron las muertes de prisioneros de guerra hambrientos que fueron alimentados demasiado rápido. Estas muertes fueron el resultado del llamado síndrome de realimentación, que provoca un cambio peligroso en los líquidos y electrolitos que conduce al delirio y al infarto.
Sin embargo, en un trabajo preliminar, los autores demostraron que la realimentación baja en calorías contribuyó a un aumento de peso lento y largas estancias en el hospital, resultados pobres que ahora se reconocen como «síndrome de subalimentación«.
Los participantes del estudio, cuya edad promedio era de 16 años y de los cuales el 91 por ciento eran mujeres, fueron controlados para determinar el peso y los signos vitales, así como las mediciones de electrolitos en sangre, como fósforo, potasio y magnesio, que en niveles bajos indican síndrome de realimentación. Ambos grupos de pacientes habían perdido un promedio del 21 por ciento de su peso corporal durante un período de aproximadamente 15 meses.
Los investigadores no encontraron diferencias en las anomalías de los electrolitos entre los dos grupos, lo que indica que la realimentación con más calorías no se asoció con mayores preocupaciones de seguridad.
Además, encontraron que los pacientes con una dieta alta en calorías alcanzaron la estabilidad médica tres días antes que aquellos con una dieta baja en calorías. Esta disparidad fue especialmente evidente en la bradicardia, que se revirtió 4,5 días antes en el grupo de mayor contenido calórico. El último grupo también ganó peso más rápido, «lo cual es importante porque establece un buen camino de recuperación para el largo camino por delante», resalta Garber.
Dado que el grupo con más calorías pudo estabilizarse antes, estaban lo suficientemente bien como para ser dados de alta en promedio a los ocho días, en comparación con los 12 días del grupo con menos calorías. Esto generó ahorros significativos en gastos hospitalarios, la cantidad que un hospital factura a la compañía de seguros. Los cargos rondarlo los 57 168 dólares (unos 48 800 euros) por cada paciente con menos calorías, en comparación con 38.112 (unos 32 500 euros) por cada paciente con más calorías.
El ensayo clínico continúa rastreando a los pacientes durante 12 meses más después de la admisión para determinar si hay diferencias en la remisión entre los dos grupos de realimentación. «Estamos ansiosos por saber si los beneficios en el hospital se mantienen en el tiempo, señala Garber. Queremos evitar una situación en la que las estancias más cortas creen una puerta giratoria de reingresos más frecuentes, deshaciendo los buenos resultados iniciales y el ahorro de costos hospitalarios».
Garber resalta que estos hallazgos son oportunos. «Nuestros programas para pacientes hospitalizados están funcionando a su máxima capacidad. El aislamiento, la incertidumbre y la ansiedad de COVID-19 se amplifican para nuestros pacientes, señala. Creemos que este enfoque más rápido y eficaz reducirá la agitación de la hospitalización durante un tiempo ya estresante».
octubre 20/2020 (Europa Press).- Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.