El anticoagulante oral directo rivaroxaban previene el tromboembolismo venoso asociado al cáncer, según concluye un estudio que se publica recientemente en The New England Journal of Medicine (NEJM).
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El ensayo Cassini, cuyos resultados previos se presentaron en el último congreso de la Sociedad Americana de Hematología (ASH 2018), muestra una reducción significativa del tromboembolismo venoso en los pacientes con cáncer y alto riesgo de coágulos mientras están tomando el fármaco.
El estudio ha cerrado la fase IIIb, se ha llevado a cabo en varios centros estadounidenses, bajo la coordinación de Alok Khorana, de la Clínica Cleveland, e incluye a 1080 pacientes.
Los pacientes con cáncer tienen un mayor riesgo de coágulos, debido a factores biológicos del propio cáncer que altera la sangre y a determinados tipos de tratamientos oncológicos, incluida la quimioterapia. El riesgo de trombosis después de un diagnóstico de cáncer aumenta durante todo el periodo en que el cáncer activo y siendo tratado, con un promedio de 5 a 25 %, según los diferentes tipos de cáncer, en especial en pacientes con la enfermedad avanzada.
Los coágulos de sangre pueden conllevar complicaciones graves como la embolia pulmonar.
Según indican estos investigadores, el estándar de atención actual recomienda un medicamento que debe inyectarse para tratar los trombos después de que se desarrollen o como un agente preventivo en pacientes seleccionados de alto riesgo. De ahí que evaluaran si un enfoque estratificado por el riesgo en el que se utilizara un anticoagulante oral podría ser una opción segura, eficaz y más conveniente en los enfermos oncológicos.
Junto al estudio Cassini, en este número del NEJM también se publica el estudio Avert, que se había hecho público en la edición digital de la revista en diciembre. En este trabajo, también en fase III, se analiza la acción preventiva de otro anticoagulante oral, apixaban. El estudio concluye que los pacientes con cáncer que recibieron apixaban presentaron una tasa significativamente menor de tromboembolismo venoso comparados con los que recibieron placebo.
“Si bien los ensayos Cassini y Avert difieren con respecto a la detección y ciertas cifras de resultado, considero que estos estudios son complementarios y aliento a que se interpreten juntos, teniendo en cuenta las diferencias de diseño”, afirma el director del estudio Cassini Gary H. Lyman, del Centro de Investigación en Cáncer Fred Hutchinson. “También tengo la esperanza de que los ensayos futuros mejorarán aún más nuestra capacidad para estratificar el riesgo de los pacientes, tal vez incluyendo el tipo de tratamiento y biomarcadores validados”.
febrero 25/2019 (diariomedico.com)