Según los investigadores del Instituto de Investigación Cardiaca Victor Chang de Australia, los niveles bajos de una molécula llamada nicotinamida adenina dinucleótida dañan a los embriones en las primeras semanas cruciales de la gravidez, cuando los órganos comienzan a desarrollarse.
Es probable que las ramificaciones sean enormes. Esto tiene el potencial de reducir significativamente el número de abortos espontáneos y defectos de nacimiento en todo el mundo, y no uso estas palabras a la ligera, declaró la investigadora Sally Dunwoodie.
Dunwoodie resaltó que se trata del avance más significativo sobre el embarazo y el nacimiento en décadas.
agosto 20/2017 (PL)
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