may
15
El control vectorial necesita herramientas innovadoras que mejoren las estrategias actuales de lucha contra enfermedades como el paludismo, el zika o el dengue, según los expertos reunidos en la conferencia Bringing Innovation to the Frontline: New Tools to Advance the Global Response to Vector-Borne Diseases, celebrada en Madrid.
Trabajar en el desarrollo, investigación e innovación de nuevas herramientas para luchar frente a los vectores responsables de enfermedades como el dengue, el paludismo, el chikungunya o la fiebre amarilla, fue el objetivo común de la conferencia Bringing Innovation to the Frontline: New Tools to Advance the Global Response to Vector-Borne Diseases, que se está celebrando en Madrid, de la mano del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), en alianza con Unitaid y la Organización Mundial de la Salud (OMS), y con la colaboración de la Fundación Ramón Areces.
Según Antoni Plaséncia, director general del ISGlobal, «hoy las enfermedades no entienden de fronteras, hablamos de algo que afecta o que puede afectar en mayor o menor grado a todos los países. Las enfermedades sin fronteras necesitan un abordaje global».
Pedro Alonso, director del Programa Mundial de Malaria, de la OMS, ha hecho hincapié en que la lucha contra los vectores ha sido el elemento clave para lograr los avances en el abordaje del paludismo en la última década: «Se ha reducido la mortalidad en más de un 60 por ciento, los episodios clínicos en un 40 por ciento y se han evitado al menos 6 millones de muertes. El 70 por ciento de ese progreso se debe a las herramientas de lucha contra el mosquito, a la que la OMS, en su programa de lucha contra el paludismo, ha dado absoluta prioridad».
Según Alonso, los casos de zika ha centrado aún más el abordaje en la lucha contra el mosquito. «Nos enfrentamos a enormes retos para obtener nuevas herramientas que nos permitan mejorar la eficacia de la lucha contra los mosquitos transmisores».
Por ello, la OMS presentará la nueva estrategia global de lucha contra los vectores transmisores de enfermedades en unos diez días en la Asamblea Mundial de la Salud para su debate. «Esperamos que será adoptada», ha dicho Alonso.
Control vectorial
Hasta el momento las herramientas de control vectorial -el uso de mosquiteras impregnadas en insecticidas o la fumigación interdomiciliaria- han tenido un gran impacto pero están lejos de ser perfectas. «Es lo mejor que tenemos pero no garantizan una protección total. Se complica, además, por la aparición de resistencias a los principios activos de los insecticidas, fundamentalmente a la familia de los piretroides. Más de 60 países ya reportan niveles de resistencias importantes», ha explicado Alonso. Por ello es necesario desarrollar nuevas y mejores herramientas, nuevos principios activos y nuevas metodologías para superar las resistencias.
En ello coincide Plasència, «las enfermedades transmitidas por vectores son una fuente de problemas de salud pública y para luchar contra ellas hay que identificar nuevas estrategias y herramientas ya sean fármacos, insecticidas o mosquiteras».
Lelio Marmora, director ejecutivo de Unitaid, ha recordado que la lucha contra el vector ocupa un lugar muy importante pero que continuar con ella hace necesario trabajar en innovación, en su desarrollo y, posteriormente, en su conversión en una estrategia que pueda ser adoptada por los países, atendiendo a precios, sostenibilidad y distribución.
Así pues, no es tiempo de dormirse en los laures, sino de potenciar la investigación. No obstante, el futuro del control vectorial está pendiente de la aplicación potencial del CRISPRCas y materializarse en los próximos años en ensayos de campo, según Alonso. Pero además, otras estrategias basadas en técnicas de esterilización o en infección con Wolbachia en mosquitos para detener la replicación del virus en el vector, podrían centrar el futuro de las líneas de investigación que desemboquen en la aparición de nuevas herramientas.
mayo 14/2017 (diariomedico.com)