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El tratamiento combinado no es necesario en todos los pacientes, sino solo en aquellos en situación grave, sugiere un estudio internacional observacional.
Las enterobacterias productoras de carbapenemasas (EPC) son uno de los motivos de preocupación más importantes para la salud pública mundial, debido a que están diseminándose rápidamente y son resistentes a la mayoría de los antibióticos disponibles. Se desconoce cuál es el mejor tratamiento para las infecciones causadas por estas bacterias. En estudios previos se ha sugerido que todos los pacientes deberían ser tratados con dos o más antibióticos activos, pero esto hace que las resistencias puedan aumentar aún más.
Un reciente estudio internacional observacional de cohortes -dirigido por Belén Gutiérrez y Jesús Rodríguez Baño, junto con Álvaro Pascual, Marina de Cueto y Elena Salamanca, de la Unidad de Enfermedades Infecciosas y Microbiología del Hospital Universitario Virgen Macarena, de Sevilla-, en el que han participado 26 hospitales de 10 países y donde se han incluido 437 pacientes con bacteriemia causada por EPC, cambia la práctica clínica.
«Se calcula que la mortalidad de las bacteriemias por estos microorganismos es del 40-60 por ciento», indica a Diario Médico Rodríguez Baño. Los resultados del estudio Increment concluyen que el tratamiento con dos fármacos activos frente a estas bacterias («tratamiento combinado») no es necesario en todos los pacientes, sino solo en aquellos en situación grave medida por una escala desarrollada en el propio proyecto (score Increment-CPE). «Los pacientes con un score más bajo pueden tratarse con un solo antibiótico activo», afirma este experto.
En su opinión, «esto cambia la práctica clínica dado que hasta ahora se trataban todos con al menos dos antibióticos, lo que va a permitir evitar el sobreuso de antibióticos y el desarrollo de más resistencias en estas bacterias, que las convertirían en imposibles de tratar, como ya ha ocurrido. Además, el score permite identificar pacientes de mayor riesgo permitiendo un tratamiento individualizado».
Para llevar a cabo este estudio se identificaron centros mundiales expertos y con experiencia en estas infecciones, se contactó con ellos para participar, se desarrolló el protocolo del estudio y se obtuvieron las aprobaciones, se incluyeron los datos de los pacientes y se analizaron utilizando técnicas estadísticas avanzadas.
«El siguiente paso sería realizar un estudio aleatorizado, pero en esta población de pacientes es particularmente difícil porque las opciones de tratamiento son heterogéneas dependiendo de la cepa específica que infecta a cada paciente (algunas son sensibles a unos antibióticos y otras a otros)», concluye Rodríguez Baño.
El estudio se ha presentado en el Congreso Europeo de Enfermedades Infecciosas y Microbiología, celebrado en Viena, coincidiendo con su publicación en la revista The Lancet of Infectious Diseases.
mayo 12/2017 (diariomedico.com)
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(INCREMENT): a retrospective cohort study