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Investigadores británicos descubrieron que el sexo puede ayudar a la próxima generación a resistir las infecciones, informó la Universidad de Stirling.
Uno de los enigmas más famosos de la biología evolutiva se plantea por qué existe el sexo cuando los organismos que se clonan usan menos tiempo y energía, y no necesitan una pareja para producir descendencia.
Aunque algunas especies animales y vegetales pueden reproducirse sin sexo, como los dragones de komodo, las estrellas de mar y los plátanos, esa práctica sigue siendo el modo dominante de reproducción en el mundo natural.
Un equipo de expertos de la Universidad de Stirling adoptó un enfoque innovador para probar los costos y beneficios del sexo.
Usando a la pulga de agua, un organismo que puede reproducirse en ambos sentidos, los investigadores encontraron que los descendientes producidos sexualmente fueron más del doble de resistentes a enfermedades infecciosas que sus hermanas clonadas.
Comparando las crías clonales y sexuales de las mismas madres, encontramos que los sexualmente producidos se enferman menos que los hijos que fueron producidos clonalmente, explicó Stuart Auld, de la Facultad de Ciencias Naturales.
La necesidad siempre presente de evadir la enfermedad puede explicar por qué el sexo persiste en el mundo natural a pesar de su coste en tiempo y energía.
diciembre 23/2016 (PL) Tomado del Boletín de Prensa Latina: Copyright 2016″Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.”