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El inhibidor de la angiogénesis bevacizumab se ha convertido en el primer fármaco biológico en la lucha contra el cáncer de cérvix avanzado que ha demostrado aumento significativo de la supervivencia.
El inhibidor de la angiogénesis bevacizumab se ha convertido en el primer fármaco biológico en la lucha contra el cáncer de cérvix avanzado, un tumor del que cada año se diagnostican en España entre 2000 y 2500 casos y que tradicionalmente solo ha contado con la quimioterapia más radioterapia como tratamientos con «modestos resultados oncológicos. Así, la aparición de bevacizumab abre nuevos caminos de supervivencia», señala Lucas Minig, jefe del Servicio de Ginecología de la Fundación Instituto Valenciano de Oncología (IVO), que ha participado en la presentación de la molécula en Madrid.
El fármaco, comercializado por Roche como Avastin, se suma a las indicaciones en colon, pulmón, ovario, mama y riñón, según Annarita Gabriele, directora médico de Roche, quien ha subrayado que España ha sido el único país europeo que ha participado, con siete centros y 18 países, en el desarrollo del estudio GOG-0240 pilotado por el Grupo Americano de Oncología Ginecológica, y cuyos principales resultados indican que bevacizumab más quimioterapia frente a quimioterapia sola «produce un aumento global de la supervivencia entre 4 y 17 meses».
Gabriele también ha destacado la importancia de la prevención y del diagnóstico precoz en cáncer, hecho en el que Roche «ha contribuido con el desarrollo del test Cobas VPH». Se ha referido además al hito que ha marcado la inclusión en el calendario vacunal infantil de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH). La indicación autorizada es en combinación con quimioterapia, paclitaxel más cisplatino, o paclitaxel más topotecan, si la paciente no puede recibir platino, en cáncer persistente, recurrente o metastásico.
La lucha del sistema inmune
El VPH, fundamentalmente los tipos 16 y 18, los más oncogénicos, están presentes en casi la totalidad de las mujeres infectadas por el virus, cuya evolución a malignidad precisa de un estado inmunodepresivo subyacente, por lo que la progresión a cáncer es poco frecuente, ya que el sistema inmune lo elimina espontáneamente. Aún así, se siguen infectando mujeres, de entre 35 y 50 años básicamente, el 60 por ciento de las cuales se diagnostica en etapas avanzadas y en las que la opción quirúrgica suele ser quimiorradioterapia, pero con escasos resultados positivos, ya que entre el 40-60 por ciento experimenta recurrencia, según Minig, quien indica que la incorporación de bevacizumab ha cambiado el tratamiento estándar de los últimos diez años.
Nuevas estrategias
Ana Oaknin, vicepresidenta del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Ovario (GEICO), grupo que ha sido el responsable en Europa del estudio que ha facilitado la aprobación de este tratamiento, y oncóloga del Hospital Valle de Hebrón, de Barcelona, ha señalado que la suma de bevacizumab a la estrategia terapéutica ha conseguido supervivencias medias de entre 12 y 17 meses, «aunque la supervivencia global asciende en algunos casos a los 50 meses y sin interferir en la calidad de vida de las pacientes».
La oncóloga también ha anticipado que, actualmente se llevan a cabo varias líneas de investigación: ensayos clínicos en fase III con bevacizumab concomitante con quimio y radioterapia, «como forma precoz de introducir el tratamiento», así como trabajos de inmunoterapia con vacunas modificadas combinación de esta molécula con otros check points como el anti-PDL-1 atezolizumab».
diciembre 5/2016 (diariomedico.com)