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Durante años, los médicos han dicho a sus pacientes que el colesterol de lipoproteína de alta densidad (HDL) ayuda a protegerles de las enfermedades cardiacas. Y que cuanto mayor sea la cantidad, mayor es la protección.
El HDL, considerado a menudo un indicador independiente de la enfermedad cardiaca, ha sido apodado como colesterol “bueno”, gracias a sus efectos protectores. Pero un nuevo estudio publicado en la revista Circulation, muestra por primera vez que dicha protección depende de los niveles de otras dos grasas de la sangre o lípidos asociados a las enfermedades cardiacas. Si estas grasas no se hallan en sus niveles normales, incluso un HDL elevado podría no proteger de ello.
La nueva investigación analiza casi 25 años de datos. Se centra en los papeles que juegan el HDL, los triglicéridos y el colesterol LDL (popularmente conocido como “colesterol malo”) a la hora de incrementar o disminuir el riesgo de enfermedades cardiacas. En el estudio se hicieron un seguimiento de 3 590 hombres y mujeres sin enfermedad cardiovascular conocida entre 1987 y 2011.
“No hay duda de que el HDL posee un papel protector, como también confirmamos en el estudio, pero este se ha exagerado”, matiza Michael Miller, profesor de medicina cardiovascular en la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland y cardiólogo preventivo del Centro Médico de Maryland.
mayo 12/ 2016 (Noticias de la ciencia)