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La medición del ADN mitocondrial puede convertirse en una buena opción de futuro.
Uno de los grandes retos de las técnicas de fecundación «In vitro» es poder garantizar la viabilidad de los embriones transferidos para que se implanten en el útero materno y que se logre el nacimiento de un bebé sano.
Teniendo en cuenta que las mitocondrias son las encargadas de suministrar la mayor parte de la energía necesaria para la actividad celular, la medición del ADN mitocondrial puede convertirse en una buena opción futura, según los resultados de un estudio publicado en «Fertility & Sterility».
Carlos Simón, director científico de Igenomix, explica que «se trata de una nueva medida en la que detectamos el ADN mitocondrial y nos sirve para poder predecir la viabilidad embrionaria, es decir, cuál es el embrión que tendría más posibilidades de implantarse en la madre de aquellos que son cromosómicamente normales».
Durante un desarrollo normal, el ADN mitocondrial en el ovocito comienza con un nivel alto y va disminuyendo al repartirse en varias células. En casos de mala calidad ovocitaria, el embrión está obligado a tratar de producir más mitocondrias de las que formaría normalmente para intentar compensar su defecto energético. Por eso, un embrión con alto nivel de mitocondrias tiene menos posibilidades de implantarse en el útero.
La medición del ADN mitocondrial se puede llevar a cabo entre el día 3 y 5 de vida del embrión. Con respecto a la técnica empleada, Simón indica que se trata de un biomarcador mitocondrial que permite, junto con la experiencia del embriólogo, complementar las observaciones morfológicas para lograr una predicción más precisa.