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Expertos canadienses advirtieron del peligro que supone la presencia del radón, un gas de origen radiactivo que es la segunda mayor causa de cáncer de pulmón, en muchos hogares de todo el mundo.
«Existe mucho misterio en torno al radón. Da miedo y la gente no sabe qué hacer», dijo a Efe Erica Phipps, directora de la organización Asociación Canadiense para la Salud y Ambiente Infantil (CPCHE).
CPCHE comenzó una campaña junto con las autoridades sanitarias canadienses para incrementar el conocimiento sobre los peligros que el radón supone en muchos hogares canadienses, así como en todo el mundo. La campaña incluye materiales en español para educar a las familias sobre cómo proteger a los niños del radón.
«Los padres tienen que saber que es tan importante comprobar los niveles de radón en un hogar como instalar detectores de humo y de monóxido de carbono para proteger a los niños contra incendios», explicó Phipps.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el radón como la segunda causa más importante de cáncer de pulmón en muchos países del mundo hasta el punto que provoca entre un 3 y un 14 % de todos los cánceres de pulmón.
Además, el radón multiplica el riesgo de contraer cáncer de pulmón en aquellas personas que fuman y es la principal causa de cáncer de pulmón entre los no fumadores.
Phipps explicó que el radón es un gas inodoro e incoloro que se origina por la desintegración del radio y el uranio, ambos materiales radiactivos, que existen de forma natural en el suelo. El radón emana del suelo, aunque también se puede encontrar en el agua.
Los niveles de radón al aire libre son muy pequeños. La media de la OMS es de entre 5 y 15 becquerelios por metro cúbico de aire (Bq/m3). Pero en el interior de las viviendas, sobre todo en los sótanos y plantas bajas, los niveles pueden ser muy superiores.
La OMS señala que el riesgo de cáncer de pulmón aumenta un 16 % por cada aumento de 100 Bq/m3 en la concentración del gas radón. La OMS indica que el nivel recomendado en el interior de una vivienda es de 100 Bq/m3 y que nunca debería exceder la cifra de 300 Bq/m3.
Los niveles de radón varían en gran medida no solo de país a país sino de región en región, dependiendo de la composición del suelo y de la construcción de las viviendas.
Phipps incluso señaló que casas colindantes pueden tener valores totalmente dispares de concentración de radón por lo que es importante que cada hogar realice la prueba para detectar sus niveles.
En Canadá, la media es que uno de cada 15 hogares tiene niveles de radón peligrosos, aunque en algunas provincias la cifra sube hasta uno de cada cinco hogares. En Estados Unidos, donde cada año mueren unas 21 000 personas por cánceres de pulmón relacionados con el radón, las cifras son similares.
En Latinoamérica, México es el país que tiene las concentraciones más elevadas de radón en los hogares, según datos del Centro McLaughlin de Toronto.
En Suramérica, Brasil, Venezuela y Ecuador se sitúan en la cabeza en concentración de radón, aunque de países como Colombia, Paraguay y Bolivia, el Centro McLaughlin no tiene datos.
En España, el año pasado se publicó un estudio, el primero de su tipo, sobre la presencia de radón en el país. El estudio señaló que en casi toda Galicia, parte de Asturias, el occidente de Castilla y León, Extremadura y parte del norte de Andalucía, muchos edificios tienen niveles de radón superiores a 300 Bq/m3.
Pero Phipps dijo que detectar radón en una vivienda es relativamente barato (entre 30 y 60 dólares) y que en caso de que los niveles del gas sean elevados se puede reducir su concentración sellando grietas en los cimientos y partes bajas de los edificios y aumentando la ventilación.
julio 10/2014 (EFE)
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