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Un estudio clínico internacional en fase III ha probado la eficacia y seguridad de una terapia antiangiogénica contra el glioblastoma, el cáncer cerebral más agresivo, permitiendo que los pacientes recién diagnosticados vivan más y mejoren su calidad de vida.
Este avance en el tratamiento del glioblastoma ha sido presentado en la 49 reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) que reúne a unos 30 000 especialistas en cáncer de todo el mundo.
El estudio AVAglio avala para el glioblastoma el uso del fármaco Avastín, fabricado por Roche y cuyo principio activo es el Bevacizumab.
Ya se utiliza para otros tipos de cáncer y su aplicación para el glioblastoma está pendiente de autorización por parte de las autoridades sanitarias.
El estudio ha mostrado el beneficio de añadir este antiangiogénico (que ataca a los vasos sanguíneos que alimentan al tumor dificultando su desarrollo) al tratamiento estándar de radiología y de quimioterapia del glioblastoma, tumor que también se aborda con cirugía.
Por primera vez en diez años, un nuevo fármaco aporta más tiempo sin progresión preservando la calidad de vida de los pacientes, que pudieron prescindir de los corticosteroides, cuyo uso limita su capacidad funcional día a día, afirma.
El gliobastoma deteriora rápidamente la independencia y calidad de vida del afectado, por lo que el objetivo de las investigaciones se dirigen a que el enfermo viva más tiempo en las mejores condiciones posibles.
A nivel mundial, la incidencia de este tipo de tumor cerebral es aproximadamente de 3 a 4 casos por cada 100 000 habitantes/año, lo que se traduce en cerca de 240 000 diagnósticos al año.
Los 64 años es la edad media de diagnóstico y solo el 10 % de los afectados sobreviven a esta enfermedad cinco años después del diagnóstico.
Cuando el tumor se desarrolla (avanza con rapidez) afecta a funciones cerebrales como el habla, el movimiento, la vista o la personalidad.
Los datos presentados en ASCO reflejan que esta terapia combinada amplía la supervivencia libre de progresión 4,4 meses en pacientes recién diagnosticados de glioblastoma.
Los pacientes tratados con el antiangiogénico redujeron un 36 % el riesgo de empeorar o fallecer.
En el ensayo AVAglio han participado siete hospitales españoles con 36 pacientes, del total de 921 incluidos. El máximo reclutador de este estudio en España es el doctor Cristóbal Belda, jefe de Neuro-Oncología de HM Hospitales.
Este especialista asegura, en un comunicado, que «si hasta la fecha sólo el 50 % de los pacientes con glioblastoma multiforme conseguía superar la barrera de los 6 meses de supervivencia libre de progresión, ahora, al añadir Bevacizumab al tratamiento, ese mismo porcentaje alcanzará sin problema una supervivencia por encima de los 9 meses».
El actual tratamiento estándar de este tumor se basa en cirugía o biopsia, radioterapia y quimioterapia (temozolomida) seguido de quimioterapia en solitario.
Con estas opciones, en la mayoría de pacientes el tumor progresa al cabo de seis meses de recibir la primera terapia y la supervivencia no supera los 15 meses desde el momento del diagnóstico.
Según la doctora Carmen Balañá, del Instituto Catalán de Oncología de Badalona (Barcelona) y la coordinadora nacional del estudio en España, «en glioblastoma no podemos olvidar que el objetivo es ganar meses de vida, pero en un tumor cuyo impacto sobre la capacidad funcional de los pacientes es tan agresivo, es necesario que logremos que éstos vivan sin síntomas y que puedan llevar una vida normal durante el mayor tiempo posible».
Respecto a la posibilidad de suspender el uso de corticosteroides, la doctora Balañá explica que esto supone un gran beneficio ya que provoca efectos secundarios como obesidad, pérdida de masa ósea, fragilidad capilar, trastornos de carácter y una destrucción de parte del músculo y eso obliga a que se vean necesitados de ayuda para moverse.
Según la revisión de un comité independiente, en el estudio se mostró una reducción del 39 % del riesgo de empeorar o fallecer, lo que supone una mejoría de la supervivencia libre de progresión del 64 %.
Asimismo el 72 % de los pacientes del grupo de Avastin continuó vivo al cabo de un año frente al 66 % de los tratados con placebo. A los dos años, el 34 % seguía vivo frente al 30 %.
Respecto a la supervivencia global, el otro objetivo primario de esta investigación, no se han conseguido diferencias significativas entre ambos brazos de tratamiento y la media de supervivencia fue similar (16,8 meses y 16,7 meses).
En relación a la seguridad, no se han observado eventos o efectos adversos desconocidos respecto a estudios anteriores con Bevacizumab en otros tumores (mama, colon, pulmón, riñón, ovario).
junio 1/2013 (EFE).-
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