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Una nueva investigación sugiere que las pruebas de una parte de la glándula de la saliva de una persona puede ser una manera de diagnosticar la enfermedad de Parkinson, según un estudio dado a conocer y que será presentado en la 65 reunión anual de la Academia Americana de Neurología, que se celebrará en San Diego (Estados Unidos).
«Hemos demostrado anteriormente en autopsias de pacientes con párkinson que las proteínas anormales relacionadas con la enfermedad se encuentran consistentemente en las glándulas salivales submandibulares, debajo de la mandíbula inferior, y este es el primer estudio que demuestra el valor de probar una porción de la glándula de la saliva para diagnosticar a una persona que vive con la enfermedad de Parkinson. Hacer un diagnóstico en los pacientes que viven es un gran paso adelante en nuestro esfuerzo por comprender mejor y tratar a los pacientes», dijo el autor del estudio, Charles Adler, de la Clínica Mayo de Arizona y miembro de la Academia Americana de Neurología.
En la investigación participaron 15 personas con una media de edad de 68 años que tenían la enfermedad de Parkinson desde un promedio de 12 años, respondieron a la medicación de párkinson y que no han conocido los trastornos de las glándulas salivales. Se tomaron biopsias de dos glándulas salivales diferentes: la de debajo de la mandíbula inferior y las glándulas salivales menores en el labio inferior y los tejidos biopsiados fueron teñidos y revisada la evidencia de la proteína anormal del párkinson.
En cuatro de las biopsias iniciales de la mandíbula inferior, mientras que los investigadores aún estaban perfeccionando la técnica, no se disponía de suficiente tejido para realizar las pruebas. La proteína de párkinson anormal fue detectada en el 82 % (nueve de 11) de los pacientes con tejido suficiente para estudiar.
«Aunque todavía el análisis es bajo, la tasa de resultados positivos en las biopsias de las glándulas del labio inferior parece ser mucho menor que para la glándula de la mandíbula inferior «, dijo Adler. A su juicio, este hallazgo puede ser «de gran utilidad» cuando se necesita prueba del tejido de la enfermedad de Parkinson, especialmente en el momento en que se considera la necesidad de realizar procedimientos invasivos como la cirugía de estimulación cerebral profunda o la terapia génica.
enero 14/2013 (Diario Salud)