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En nuestro país, la incidencia de ictus ya alcanza la cifra de 120 000 casos nuevos al año, convirtiéndose en la segunda causa de muerte total y primera en las mujeres, puesto que ellas son más longevas. Jaime Masjuan, coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN), ha ofrecido éste y otros datos a DM con motivo del Día Mundial del Ictus, celebrado el pasado 29 de octubre.
Masjuan, coordinador de la Unidad de Ictus del Hospital Ramón y Cajal, en Madrid, ha señalado que por este centro pasan anualmente un millar de pacientes con esta patología cerebrovascular. «A pesar de que el ictus es más frecuente a partir de los 60 años, especialmente de los 75 años en adelante, en la actualidad se han disparado los casos en personas que rondan los 30 ó 35 años».
A diferencia del infarto de miocardio, cuyo diagnóstico puede hacerse antes de llegar al hospital, el ictus requiere, en los servicios de Urgencias, un neurólogo que haga el diagnóstico clínica junto con una prueba de neuroimagen. «Con un neurólogo y un escáner el diagnóstico es certero y rápido. Para el resto de especialidades el ictus reviste dificultad de detección porque las pruebas radiológicas son complicadas de interpretar. A esto se suma que los algoritmos diagnósticos son cada vez más complejos y dependen de las horas de evolución, las características del paciente y del tipo de arteria ocluida. No sólo hay que decidir si, en un primer momento, poner un fármaco intravenoso para disolver el trombo, sino también si hay que aplicarlo al pasar una fase de terapia endovascular, o aplicar directamente el tratamiento endovascular en primera instancia».
Un aspecto esencial es la identificación de síntomas, puesto que las 4,5 a las 8 horas que siguen al ictus son claves. Las unidades de ictus ejercen un papel determinante en la reducción de secuelas (bajan de un 65 a un 35 %).
Respecto al tratamiento, Masjuan ha adelantado que «varios estudios de la SEN están investigando la eficacia y seguridad de las terapias endovasculares en la fase aguda del ictus. Se está evaluando en tres hospitales madrileños (La Princesa, Ramón y Cajal y La Paz). Vamos a comenzar un ensayo clínico europeo en fase subaguda para valorar la eficacia de un nuevo fármaco por vía oral, administrado durante tres meses, en la recuperación de pacientes neurológicos que han tenido una discapacidad».
El pasado lunes el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN impulsó, con motivo del Día del Ictus, una red de puntos informativos en hospitales de todo el territorio nacional en los que se realizaron pruebas para conocer los factores de riesgo de ictus (presión arterial, glucemia y eco-Doppler). En la jornada también se entregaron los Premios Ictus 2012 en el Hospital Ramón y Cajal, que este año han recaído en la periodista María Escario, y en la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE).
noviembre 5/2012 (Diario Médico)