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Tras 100 años debatiendo sobre si realmente existen distintos orgasmos femeninos (mental, a partir de la estimulación de la mama, del clítoris, la vagina, el ano…), la polémica continúa. Parece que en lo que sí están de acuerdo los expertos es en que el clítoris es el principal órgano de la mujer «dedicado» a los orgasmos, pero ¿es el único?. ¿Hay bases anatómicas distintas para dos clímax diferentes?
Seis científicos, con experiencia en el campo de la investigación de la sexualidad, exponen en un artículo su opinión sobre los diferentes orgasmos femeninos y sobre si la vagina, por sí sola, puede proporcionar el placer máximo a las mujeres.
Emmanuele Jannini, del Departamento de Medicina Experimental de la Universidad de LŽAquila (Italia), y primer firmante del artículo reconoce: «Por primera vez la discusión sobre el orgasmo vaginal no se basa en opiniones, sino en evidencia científica».
Con el fin de ayudar al lector en la comprensión de este artículo, «vamos a utilizar los siguientes términos: orgasmo clitoriano (OC, obtenido exclusivamente de la estimulación externa del clítoris) y orgasmo vaginal (OV, como el punto culminante obtenido durante la penetración vaginal, sin la estimulación del clítoris)», recuerda el experto italiano, que firma el artículo junto con Alberto Rubio Casillas, del Laboratorio Biológico de la Escuela Regional de Autlán, Universidad de Guadalajara (México).
«Hemos analizado todos los resultados publicados hasta ahora asociados con el OV y son muy pocos. Los ensayos tratan de las diferentes perspectivas en relación con el orgasmo vaginal. Las pruebas ecográficas han demostrado la gran implicación del clítoris interno cuando se estimula la vagina. Por lo tanto, la doctora Odile Buisson, del Hospital Saint Germain en Laye (Francia), cree el OV es básicamente un orgasmo clitoriano obtenido a partir de la estimulación de la vagina», detalla el Biólogo Rubio Casillas.
Eyaculación femenina
Para el Dr. Emmanuele Jannini, se «trata de una posición muy interesante, con la que está de acuerdo. Yo además agregaría que entre las partes internas del clítoris y la superficie de la vagina, hay algo más que los vasos sanguíneos del clítoris interno. Hemos constatado en nuestras autopsias la presencia de la próstata femenina o glándulas de Skene, responsables del raro fenómeno de la eyaculación femenina».
Defiende, también, la existencia de «una superposición anatomofisiológica entre el clítoris y la vagina. Esto significa que la estimulación del clítoris activa cambios en el flujo sanguíneo en la vagina y la estimulación vaginal activa cambios en el flujo sanguíneo en el clítoris. Hay asimismo datos suficientes que apoyan la existencia del OV, al menos parcialmente y (funcionalmente) diferente al OC. En un ambiente sexual saludable, probablemente debido a las diferencias anatómicas de cada mujer, el orgasmo clitoriano es una constante mientras que el vaginal es una variable. Las que no son capaces de alcanzarlo mediante la penetración deben ser educadas para rechazar la idea de que su disfrute y rendimientos sexuales son inadecuados».
De la misma opinión muestra Rubio Casillas que destaca que la «principal conclusión del ensayo es que existen por lo menos dos tipos distintos de orgasmos: el que se obtiene de la estimulación directa del clítoris y el orgasmo vaginal aunque existe también evidencia científica gracias a los trabajos de los doctores Beverly Whipple y Barry Komisaruk (ambos de la Universidad de Nueva Jersey, Estados Unidos) sobre la existencia de un tercer tipo de orgasmo, el cervical».
Francisca Molero, directora del Instituto de Sexología de Barcelona y vicepresidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología, admite que el artículo es «muy interesante y pone en evidencia un debate que siempre ha existido en la sociedad como en la comunidad científica. La polémica está en cómo realmente las mujeres pueden alcanzar el orgasmo, pero también en cómo ellas están mediatizadas por las corrientes sociales y el pensamiento imperante».
La doctora Molero hace referencia al hecho de «que fue con el inicio del movimiento femeninista cuando se empezó a reivindicar el reconocimiento de la sexualidad femenina y en concreto el placer sexual femenino a través del autoconocimiento del cuerpo y de la estimulación del clítoris. Adquiriendo autonomía y desligándolo de la relación sexual con un hombre (es decir, de la penetración vaginal), lo que supuso abrir un paso en la investigación científica, que aún hoy está plagada de lagunas».
Lo importante «es disfrutar en las relaciones sexuales y sentir placer. Obsesionarse con llegar al orgasmo de una manera concreta solamente lleva a frustración y problemas sexuales. Se ha de rechazar la idea de que las mujeres que no llegan a él por la penetración sean anormales o tengan una sexualidad patológica», defiende.
Fantasma del clímax
Otro tipo de respuesta orgásmica, según la doctora Whipple, es el que experimentan «algunas mujeres tan solo pensando o imaginando alguna escena de contenido erótico, una fantasía» sexual. Por tanto hemos constatado que las regiones cerebrales que se activan durante el orgasmo son las mismas, independientemente del tipo de estimulación, es decir, autoestimulación física o la imaginación».
Efectivamente, al parecer, y según el biólogo Rubio Casillas, «las investigaciones de la Beverly Whipple han descubierto una vía alternativa al orgasmo por medio de la cual la información sexual es transmitida por el nervio Vago, haciendo una especie de bypass o desviación, llevando información sensorial genital directamente al cerebro. Esta evidencia es tal vez una de las más sólidas en contra del argumento de que solamente existe el orgasmo clitoriano».
El clímax está en muchas partes del cuerpo y «no es solo un reflejo, es una experiencia corporal total. Necesitamos estar abiertos a la documentación de las diversas experiencias placenteras sensuales y sexuales de las mujeres», señala la experta.
A pesar de «toda la información que tenemos disponible sobre la sexualidad humana, siguen existiendo grandes lagunas de conocimiento, sobre todo en la femenina. La investigación en este campo sin duda será uno de los grandes retos del futuro, ya que la sexualidad es una parte fundamental de la salud», insiste la directora del Instituto de Sexología de Barcelona.
abril 22/2012 (diariosalud.net)