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Un grupo de investigación internacional ha descubierto que las alteraciones cardíacas detectadas en un electrocardiograma, ya sean pequeñas o grandes, pueden estar asociadas con un mayor riesgo de complicaciones cardiovasculares en personas mayores.
«Nuestros resultados mejorarán la predicción de eventos cardiovasculares, más allá de los factores de riesgo tradicionales” explica a SINC Reto Auer, primer autor de este estudio, publicado en la revista JAMA ( doi: 10.1001/jama.2012.434 ).
Auer, médico e investigador en la Universidad de Lausana (Suiza) y la Universidad de California (EE UU) y su equipo estudiaron el electrocardiograma de 2192 adultos sanos de entre 70 y 79 años. Durante los siguientes ocho años se les hizo un seguimiento para valorar si las alteraciones registradas tenían relación con el riesgo de padecer un accidente cardiovascular.
De todos los participantes, más de un tercio presentaron alteraciones en el electrocardiograma al principio del estudio, importantes en 506 de ellos (un 23%) y pequeñas en 276 (un 13%). Durante los ocho años de seguimiento, 351 personas tuvieron un evento coronario grave: 96 murieron por accidente cardiovascular, 101 sufrieron ataque de miocardio y 154 fueron hospitalizados por anginas de pecho.
Después de ajustar todos los demás factores de riesgo –edad, género, colesterol, presión arterial, tabaquismo y diabetes– los científicos concluyeron que las alteraciones en el electrocardiograma se asociaban con un incremento en el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular. Incluyendo este nuevo factor, los médicos reclasificaron correctamente un 13,6% de participantes que habían sido considerados como de riesgo intermedio.
“Dada la seguridad, el bajo coste y la accesibilidad de esta técnica, el electrocardiograma podría utilizarse en personas mayores para precisar más si están o no en un rango de riesgo” declaran los autores.
Pero Auer opina que aún es pronto para utilizar el electrocardiograma de manera sistemática: “Los beneficios del uso de esta técnica aún se han de confirmar en otras poblaciones y elaborar los ensayos clínicos pertinentes”. De momento, “la prioridad para la prevención de los accidentes cardiovasculares continúa siendo el reducir los factores de riesgo tradicionales”, recuerda el científico.
Distintas poblaciones con distintos factores de riesgo
Según los autores, en poblaciones de edad avanzada la predicción de accidentes cardiovasculares a través de los factores de riesgo tradicionales no es tan precisa como en los adultos de mediana edad. “Los niveles de colesterol de tipo LDL son un factor importantísimo de riesgo en individuos jóvenes, pero no en mayores”, afirma el investigador.
Auer apunta a que seguramente esto es debido a que los factores de riesgo cardíaco se han extrapolado a partir del estudio de poblaciones relativamente jóvenes. El criterio de riesgo Framingham, por ejemplo, es el indicador más utilizado para evaluar el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular, y se ha creado a partir de personas con una edad media de 49 años, donde la más joven tenía 30 y la mayor, 74.
abril 11/2012 (Jano)
Reto Auer,Douglas C. Bauer,Pedro Marques-Vidal,Javed Butler,Lauren J. Min, Jacques Cornuz.Association of Major and Minor ECG Abnormalities With Coronary Heart Disease Events.. 2012;307(14):1497-1505.