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Carlos Cordón-Cardo, profesor y director del Departamento de Patología del Hospital Mount Sinai, en Nueva York, ha comentado que cada vez cobra más peso la hipótesis, avalada con datos clínicos de pacientes y modelos tanto de laboratorio como experimentales, de que la célula madre adulta puede ser, además de la unidad de la vida, la semilla de inicio de algunas enfermedades.
En este contexto, las investigaciones para conseguir conocer mejor su funcionamiento y aprovecharlas para avanzar en las terapias se convierten en claves en estos momentos.
El investigador impartió una conferencia en la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados, en la que afirmó que «las terapias celulares están en su infancia, pero ya han andado y empezado a correr, por lo que no es que estemos hablando de una cosa absolutamente nueva. Por ejemplo, hace muchos años que estamos curando a pacientes con cáncer mediante terapias celulares, como es el trasplante de médula ósea».
El acto científico, que ha contado con el patrocinio de Celgene, ha mostrado el proceso de integración entre la investigación sobre procesos celulares básicos y sus aplicaciones clínicas en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades humanas, tomando el cáncer como modelo.
En su opinión, «nos damos cuenta de que las terapias celulares empiezan a tener un sentido en enfermedades donde no atacamos su sintomatología, sino sus raíces. En este momento, en el cáncer estamos tratando la sintomatología y tenemos que aprender cuáles son las mejores maneras de emplear esas terapias».
Bernat Soria, director del Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa, en Sevilla, ha avanzado que «en nuestro centro estamos desarrollando tres ensayos clínicos con células madre de origen adulto para revascularizar el pie diabético».
Cordón ha añadido que existen «evidencias procedentes de estudios que se están haciendo en los tumores convencionales más frecuentes, como próstata, mama, colon y pulmón, porque son enfermedades que tienen una base común. Además, se está trabajando en enfermedades complejas y crónicas, como el Crohn, donde se están viendo resultados extraordinarios en fases I y II». En este sentido, ha comentado que «uno de los escollos que existe es el de la percepción tanto desde el punto de vista científico-médico como de la sociedad.
Plantear un nuevo paradigma supone un compás de duda y, en estos momentos, es muy importante definir con mucha transparencia lo que hacemos».
En su opinión, «cuando tengamos ese buen entendimiento, junto con herramientas preclínicas, estará gran parte del camino hecho. Todavía nos queda mucho por hacer desde el punto de vista científico para demostrar, probar y reprobar que lo que planteamos es lo que es».
marzo 12/2012 (Diario Médico)