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La epidemia de cólera que asola Haití es la mayor del mundo en muchos decenios, estimó la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El organismo consideró que este país caribeño precisa eliminar la enfermedad, que ya mató a más de siete mil personas, como paso previo a la reconstrucción del caos dejado por el sismo del 12 de enero de 2010.
Para la OPS, Haití necesita una inversión de más de mil 100 millones de dólares en infraestructuras para mejorar el abastecimiento de agua, el saneamiento y la higiene que ayuden a eliminar el brote, que contagió a 500 mil haitianos, casi cinco por ciento de la población.
De acuerdo con los especialistas, el cólera está por convertirse en una enfermedad endémica, lo que significa que será tan común como una gripe.
Antes del terremoto, esta dolencia no existía en Haití ni el resto del Caribe o América Latina, donde fue erradicada desde la década de 1990.
A dos años del temblor, este país es caldo de cultivo para la dolencia, pues las calles siguen llenas de basura y escombros, menos del dos por ciento de la población tiene acceso al agua potable y aún no se ha realizado ninguna campaña de vacunación.
Así, el cólera es otra de las asignaturas pendientes de la ayuda de la comunidad internacional, que prometió miles de millones de dólares para su erradicación.
De acuerdo con la OPS, cada día se reportan al menos 200 nuevos casos por todo el país, mientras se extiende la epidemia a la vecina República Dominicana.
Por su parte, organizaciones haitianas de derechos humanos denunciaron desde finales de año que varias entidades humanitarias abandonan la nación por falta de fondos, en un momento crítico en la evolución de la dolencia.
Según una investigación realizada por el estadounidense Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, la epidemia fue importada por el personal de una base nepalí de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití.
Otro estudio realizado a inicios del pasado año por un investigador francés concluyó también que el origen se debía a la presencia de los cascos azules nepalíes, quienes supuestamente defecaron en las cercanías del río Artibonite.
Ese cauce, uno de los principales afluentes de Haití, es utilizado por miles de personas para lavar, beber, pescar o bañarse.
Un grupo de abogados haitianos, representantes de más de cinco mil enfermos de cólera, amenzaron en diciembre pasado con llevar a Naciones Unidas a los tribunales si no atiende la demanda de indemnización presentada por ellos.
Los juristas reclamaron en la sede de la ONU una compensación por 100 mil dólares para los familiares de los muertos por ese mal y 50 mil para cada contagiado, dada la supuesta responsabilidad de la organización internacional en la difusión de la epidemia.
Enero 11/2012 Puerto Príncipe, (PL)
Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2011 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»