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Los resultados de un estudio que se publica en el último número de Cancer Cell sugieren que los fármacos antiangiogénicos podrían fomentar la aparición de tumores secundarios al actuar frente a un tipo de células implicadas en el crecimiento de los vasos sanguíneos.
El grupo de células conocidas como pericitos desempeña un papel distinto al que se creía en el microambiente tumoral. Según un estudio publicado en la edición de enero de Cancer Cell, es muy posible que contribuyan a prevenir la progresión tumoral y la metástasis. Estos resultados implican que las terapias antiangiogénicas podrían ser contraproducentes.
La destrucción de los pericitos redujo considerablemente el volumen de los tumores, pero no su expansión a otras localizaciones.
Los responsables de la investigación, dirigidos por Raghu Kalluri, del Centro Médico Beth Israel Deaconess de Boston (Estados Unidos), partieron de la hipótesis de que los pericitos pueden inhibir el crecimiento tumoral de una forma similar a la de los fármacos antiangiogénicos. De hecho, se sabe que estas células constituyen una parte importante de la vasculatura, ya que cubren los vasos sanguíneos e influyen en su crecimiento.
Resultados sorprendentes
Para probar sus suposiciones, los investigadores generaron ratones genéticamente modificados para que fuesen capaces de aguantar la eliminación farmacológica de los pericitos en tumores en pleno crecimiento. A continuación, procedieron a la destrucción de pericitos en cánceres de mama implantados, lo que llevó a una reducción del 60% de dichas células.
El resultado fue una disminución media del 30% de los volúmenes tumorales en comparación con los animales que sirvieron de controles. Sin embargo, los científicos se llevaron la sorpresa de que la aparición de tumores secundarios fue tres veces superior en los ratones genéticamente modificados. Por lo tanto, el ataque contra los pericitos inhibió el crecimiento de los vasos sanguíneos, pero no la expansión tumoral.
El análisis del microambiente tumoral reveló que los tumores sin pericitos mostraban más zonas hipóxicas. Las células respondían a esa falta de oxígeno activando programas de supervivencia. Concretamente, se hallaron evidencias de una transición epitelio-mesenquimal que confería a las células mayor movilidad y les ayudaba a viajar a través de los debilitados vasos sanguíneas hacia nuevas localizaciones. «Hemos comprobado que un tumor grande con una buena cobertura de pericitos es menos metastásico que otro más pequeño del mismo tipo y con menos pericitos», exponen los autores.
También se llevaron a cabo experimentos con fármacos que se sabe que actúan contra los pericitos, como imatinib y sunitinib, así como con 130 muestras humanas de cánceres de mama. Los resultados de estas pruebas sirvieron para confirmar sus hallazgos.
enero 17/2012 (Diario Médico)
Vesselina G. Cooke, Valerie S. LeBleu, Doruk Keskin, Zainab Khan, Joyce T. O’Connell, Raghu Kalluri, et. al. Pericyte Depletion Results in Hypoxia-Associated Epithelial-to-Mesenchymal Transition and Metastasis Mediated by Met Signaling Pathway Original. Cancer Cell, vol 21(1); enero 17/2012, págs 66-81.