La administración conjunta de la vacuna contra el virus de la hepatitis B (VHB) y un coadyuvante a base de interferón mejora la tasa de respuesta a la vacuna en pacientes en hemodiálisis. Los pacientes adquieren una seroprotección más rápida e intensa.
La administración conjunta de interferón alfa 2b recombinante y de la vacuna contra la hepatitis B en pacientes en hemodiálisis es segura y aumenta significativamente la tasa de seroprotección precoz mejorando el perfil de las inmunoglobulinas anti-HBs. Esta es la principal conclusión de la tesis doctoral realizada por María Eugenia Miquilena Colina, bajo la dirección de Carmelo García Monzón, jefe del Grupo número 5 del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital La Princesa, de Madrid, vinculado al Ciber de Enfermedades Hepáticas y Digestivas, y facultativo de Medicina Interna del Hospital Santa Cristina, de Madrid.

La coadyuvancia ofrecía un nivel de seroprotección entre los hemodializados muy precoz y superior a los que solo recibían vacunación clásica.

La tesis, que recibió el I Premio Nacional Ulysses a la mejor tesis doctoral, galardón que anualmente concede el Grupo Sanitario CTO, es un ensayo clínico aleatorizado, cuyos datos proceden de los obtenidos en otro internacional, en el que participaron investigadores de España y de Italia.

Según explica García Monzón, los pacientes en hemodiálisis están en riesgo de contraer hepatitis B, pero además presentan un inconveniente fundamental: su respuesta a la vacuna anti-hepatitis B, que se administra de manera estándar y protocolizada en prehemodiálisis, es escasa. «Incluso cuando se realiza un esquema de vacunación reforzado con cuatro inyecciones de vacunas con doble dosis (de 40 microgramos), la tasa de respuesta es muy baja. La respuesta puede estar en que su inmunodeficiencia es humoral, de síntesis de inmunoglobulinas».

Este fenómeno, que está perfectamente demostrado, ha sido el punto de partida de la tesis y su objetivo fundamental era determinar la utilidad de administrar coadyuvantes al mismo tiempo que la vacuna, «puesto que la coadyuvancia produce un aumento de la respuesta de seroconversión de anticuerpos, tal y como se ha observado con el uso de otros coadyuvantes», explicó.

El cambio de coadyuvante a interferón pegilado podría conseguir una respuesta inmunológica a más largo plazo.

Estudios básicos en modelo experimental han demostrado que interferón alfa mejora la síntesis de inmunoglobulinas de las células plasmáticas, «probablemente por un mecanismo complejo de mejora del reconocimiento antigénico».

El reto era demostrar si esta respuesta también se podía conseguir en seres humanos que necesitasen un estímulo de la síntesis de inmunoglobulinas. Se asoció así una administración de interferón alfa al mismo tiempo que las dosis de vacuna en un grupo de pacientes. Otro grupo solo recibió vacunación convencional. Se estudió la respuesta de 64 paciente en hemodiálisis, procedentes de diferentes hospitales de Madrid, que nunca habían recibido vacuna de la hepatitis B.

Según García Monzón, los pacientes que recibían la vacuna más la coadyuvancia con interferón alfa «seroconvertían mucho antes que los que no recibían el coadyuvante, lo que significa que producían una síntesis de anticuerpo muy superior y alcanzaban lo que se denomina nivel de seroprotección: más de 10 unidades de anti-HBS. Esta protección la alcanzaban más precozmente y de forma más intensa que los que solo recibían la vacuna tradicional, incluso con las primeras dosis».

El seguimiento a un año también ha puesto de manifiesto que, desgraciadamente, el nivel de anticuerpos descendía a valores similares en ambos grupos. Aunque sí existe un claro e importante beneficio precoz, con el paso del tiempo el nivel de anticuerpos caía y se igualaba con el de los que no habían recibido coadyuvante. «La siguiente hipótesis es que probablemente sea necesario administrar dosis de recuerdo con coadyuvante de forma semestral o anual con el fin de mantener los niveles constantes».

Otra idea recogida en la tesis doctoral, y que podría ser el inicio de un nuevo ensayo clínico, es que el beneficio puede aumentar si se cambia el coadyuvante con interferón alfa estándar por el más reciente interferón pegilado, mucho más refinado desde el punto de vista farmacodinámico, «y que al aumentar la vida media de la molécula en la sangre, podría producir una estimulación inmunológica más persistente a largo plazo».

La tesis doctoral galardonada forma parte de un proyecto europeo, financiado por la UE, coordinado por Carmelo García Monzón y que se inició hace siete años para el estudio de vacunas y coadyuvantes frente a la hepatitis B. En el estudio han participado investigadores españoles e italianos, del Departamento de Inmunología del Instituto Superior de Sanidad de Roma, en Italia. «El proyecto se concedió para llevar a cabo un ensayo clínico en ambos países. El resultado es la tesis doctoral sobre eficacia de diferentes pautas de vacunación contra el virus de la hepatitis B en pacientes en hemodiálisis y la correlación con quimiocinas del perfil TH1/TH2 y sus receptores».
enero 16/2012 (Diario Médico)

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