Un equipo de tratamiento dirigido por una enfermera experimentada mejoró la salud de pacientes que sufrían de varias enfermedades crónicas como enfermedad cardíaca, diabetes mellitus y depresión.
Un estudio que aparece en la edición del 30 de diciembre de la revista New England Journal of Medicine (NEJM) informa sobre mejoras en las cuatro áreas: glicemia, presión arterial, control del colesterol y depresión en pacientes de mediana edad a quienes se ofreció esta estrategia de tratamiento.
“Los resultados fueron magníficos. Todos los parámetros claves mejoraron en el grupo de intervención, comparado con el de control”, aseguró el Dr. Wayne J. Katon, autor del estudio. “Y los pacientes de la intervención estaban menos discapacitados al final de un año, calificaron su calidad de vida como mejor y se mostraron más satisfechos con la atención médica”.
Las personas que tienen enfermedades crónicas con frecuencia no obtienen una atención óptima en los ámbitos de atención primaria, anotó Katon, vicepresidente de Psiquiatría y Ciencias conductuales de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en Seattle.
“[En las clínicas de atención primaria] al menos 50% de las personas diabéticas tienen glicemias por encima de las directrices y muchas personas con hipertensión arterial no reciben el tratamiento adecuado o no lo cumplen. De forma similar con la depresión, apenas alrededor de una cuarta parte de las personas reciben la atención a nivel de las directrices en la atención primaria”.
Se ha mostrado que una estrategia de “atención colaborativa” basada en equipo funciona para controlar la enfermedad cardíaca, la diabetes mellitus y la depresión, pero nadie había observado las tres afecciones en conjunto.
El Dr. Yeates Conwell, codirector del Centro para el Estudio y la Prevención del Suicidio del Centro Médico de la Universidad de Rochester, apuntó que la depresión “por lo general va de la mano con muchas otras afecciones médicas, tiende a interactuar con ellas, a complicar el tratamiento y a empeorar los resultados”. Incluso las tasas de mortalidad son más altas entre las personas que sufren de depresión y otra enfermedad crónica, como la enfermedad cardíaca.
Los investigadores asignaron al azar a 214 pacientes inscritos en la Cooperativa de Salud Grupal, un sistema de atención de salud del estado de Washington, a recibir la atención usual en un ámbito de atención primaria, o el abordaje de atención colaborativa, llamado TEAMcare.
Los del grupo de TEAMcare fueron asignados a una enfermera capacitada en las tres afecciones, que trabajó con un médico de atención primaria para monitorizar los fármacos y los cambios en el estilo de vida. Al final de los doce meses, los pacientes del grupo de equipo observaron mejoras en el control de la glicemia, mejores niveles de colesterol LDL (el “malo”), presión arterial sistólica más baja y mejoras en la depresión.
Aunque el ensayo no duró lo suficiente para rastrear los resultados reales de salud, los autores apuntaron que mejorar esas cuatro medidas se ha asociado anteriormente con menos complicaciones y muertes.
Pero como siempre, los detalles son difíciles. “Aquí lo difícil es la implementación”, señaló Simon A. Rego, director de capacitación en Psicología del Centro Médico Montefiore en la ciudad de Nueva York. “Requiere muchos pasos que de momento no se dan en conjunto: coordinación de recursos, una enfermera excelentemente capacitada, un nefrólogo [y otros especialistas], y todo esto en el contexto de una organización de administración de la salud”.
Nueva York, enero 8/2011  (HealthDay News)

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