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Por los 35 años del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Camagüey un grupo de científicos de Cuba se reúnen hoy para debatir perspectivas en el combate a enfermedades como el dengue.
En exclusiva con Prensa Latina, Gerardo Guillén, director de Investigaciones Biomédicas del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de La Habana, que mantiene constante colaboración con su homólogo de Camagüey, aseguró que «tenemos proyectos que se encuentran en etapa avanzada y que van dirigidos a las principales causas de mortalidad, a los principales problemas de salud del país».
Además aseguró que «en este momento, el Heberprot-P (para tratar úlceras del pie diabético) es un producto líder de la institución después de la vacuna Abdala (contra la covid-19), que ha tenido una relevancia importante no solo en el control de la epidemia en Cuba, sino que se ha exportado también a varios países, siendo también un producto innovador con patentes».
Sobre afecciones en zonas tropicales y en especial en Cuba explicó que «ahora, por ejemplo, la vacuna que tenemos priorizada entre nuestros proyectos es aquella contra el dengue. Estamos trabajando intensamente en una vacuna novedosa, que se diferencia de otras».
En cuanto a sus perspectivas de comercialización explicó que «existe una sola vacuna en el mercado en este momento contra el dengue, pero que tiene sus limitaciones. La estrategia nuestra evita esas limitaciones que tienen las otras estrategias de vacunas que se llevan a cabo en el mundo», argumentó el investigador.
Al dialogar sobre el estado actual del proceso del medicamento, Guillén informó que «en este momento culminamos estudios clínicos que confirman la prueba de concepto, y la estrategia que nos habíamos trazado, que está dirigida a potenciar la respuesta celular. Esperamos en un año poder tener esta vacuna en estudios clínicos ya en nuestro país», declaró Guillén.
Cuba cada año es afectada por enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes Aegyptis, como el dengue, el zika y la chikungunya, por tanto el aporte científico para el tratamiento de tales padecimientos resulta capital para el país y la región, además del acápite económico y comercial del resultado del producto médico.
El quehacer de instituciones como el CIGB ha devenido en un éxito rotundo en la lucha contra la covid-19, además de la adquisición de patentes internacionales y la propia reputación de la ciencia cubana en el ámbito biomédico a nivel mundial.
23 julio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia