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Un estudio publicado recientemente demuestra, además, que las nacidas en los años 90 tienen más inmunidad que las de los 80 debido a esas inyecciones.
Association (JAMA) sugiere que la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) se asocia a una reducción de la prevalencia de la infección del genotipo 16/18 entre las mujeres nacidas en la década de los 90 frente a las de una década anterior. Además, el análisis incide en que la vacunación también puede beneficiar a aquellas que no se han inmunizado debido al conocido como efecto rebaño.
Un estudio que publica el Journal of the American Medical Association (JAMA). Y según señala la publicación del estudio, cuyos autores principales son los investigadores Zahed Shahmoradi y Ashish A. Deshmukh del Centro de Investigación de la Universidad de Texas, en Estados Unidos, la vacunación contra el VPH se recomendó por primera vez para su uso rutinario entre niñas y mujeres jóvenes (9-26 años) en 2006.
Las mejoras constantes en la cobertura de esta vacunación durante la última década puede haberse traducido en beneficios para la cohorte de nacimientos contemporáneos (es decir, mujeres nacidas en la década de 1990 en comparación con la década de 1980).
«Para medir si la vacunación contra el VPH se ha asociado a la reducción de las tasas de infección entre las mujeres vacunadas nacidas recientemente (inmunidad mediada por la vacuna) y las no vacunadas (protección de rebaño), comparamos la prevalencia del VPH en las cohortes de nacimiento de los años 80 frente a las de los 90 y en un periodo de pre vacunación frente a un período más reciente».
Valentín Pineda, vocal del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría y pediatra, infectólogo del Hospital Parc Taulí de Barcelona, explica que «lo que demuestra este estudio es que la cohorte de mujeres nacidas en los 90 tienen más protección frente al VPH que las de los 80 debido a la vacunación. El efecto directo es claro».
Este estudio transversal analizó los datos de dos ciclos (2005-2006 y 2015-2016) de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (NHANES), sobre una muestra estratificada de la población civil de los Estados Unidos, que incluía características demográficas, inmunización de vacunación, la raza y el origen étnico recogidas por entrevistadores. Las participantes proporcionaron muestras de hisopos cérvico-vaginales recogidos por ellas mismas que fueron evaluadas mediante una prueba de reacción en cadena de la polimerasa y seguidas de una hibridación de tipo específico.
Se estimó la prevalencia de infección VPH-16/18 -los tipos oncogénicos cubiertos por la vacuna-, para dos cohortes de nacimiento: mujeres nacidas en la década de 1980 (1980-1989) y en la década de 1990 (1990-1998). Para estimar la eficacia de la vacunación contra el VPH, se calculó la prevalencia de infección antes de la introducción de la vacuna (2005-2006) y recientemente (2015-2016) a partir de los datos de la NHANES. «Teniendo en cuenta que la cohorte de nacimiento de la década de 1990 tenía 26 años o menos en 2015 y 2016, limitamos la comparación a los grupos de edad de 18 a 26 años», indican los investigadores en el artículo.
Así, la muestra del estudio estaba compuesta por 2 698 mujeres en esa franja de edad. La prevalencia del VPH entre las participantes nacidas en la década de 1990 fue significativamente menor que la de las nacidas en la década de 1980.
Durante el ciclo 2015-2016, el 55% de las mujeres de 18 a 20 años, el 52% de las de 21 a 23 años y el 50% de las de 24 a 26 años habían recibido una o más dosis de la vacuna contra el VPH. Entre las mujeres de 18 a 26 años, la prevalencia del VPH antes de la introducción de la vacuna (ciclo 2005-2006) era del 15,2%. En el periodo reciente (2015-2016), este porcentaje había disminuido al 3,3% en general, al 5,1% entre no vacunados y al 1,0% entre los grupos vacunados. Además, la prevalencia de la infección en el periodo reciente (2015-2016) fue del 0% entre las mujeres de 18 a 20 años.
La probabilidad de infección reducida a la mitad
La probabilidad estimada de infección por VPH fue un 54% menor para las mujeres nacidas en la década de 1990 que en la década de 1980. Del mismo modo, la probabilidad estimada fue un 78 % menor en general durante el ciclo 2015-2016, en comparación con el ciclo 2005-2006; más concretamente, un 60 % menor para los no vacunados y un 92% menor para los vacunados. Las probabilidades estimadas fueron menores para la cohorte de nacimiento de la década de 1990 (frente a la de 1980) y para la reciente (2015-2016) frente al periodo anterior a la vacunación (2005-2006) teniendo en cuenta la raza y el origen étnico, el número de parejas sexuales a lo largo de la vida, y el país de nacimiento.
En este sentido, el doctor Pineda apunta que, según esta parte del estudio centrada en los dos ciclos de tiempo, «también en mujeres no vacunadas disminuye el porcentaje de infección y eso solo puede ser debido al efecto rebaño.
Es decir, que si en principio disminuye la transmisión del virus, incluso la gente que no está vacunada puede beneficiarse de ello; no tanto como si se está vacunada, pero sí se beneficia».
Los resultados del estudio sugieren que la vacunación contra el VPH se asoció con una reducción de la prevalencia de la infección por VPH-16/18 en una cohorte de nacimientos recientes de mujeres de 18 a 26 años vacunadas y no vacunadas. Un mayor descenso en la prevalencia de la infección por VPH entre las mujeres de 18 a 20 años durante el periodo 2015-2016 puede reflejar una mayor protección directa y de rebaño gracias a una mayor cobertura de vacunación.
Para Xavier Bosch, investigador emérito en el Instituto Catalán de Oncología (ICO), investigador principal del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Cataluña, «se trata de un estudio poblacional de interés que usa la metodología adecuada. Es muy consistente con todos los análisis más recientes en Australia, Suecia y Reino Unido, que confirman la prevención del cáncer de cérvix [cuello uterino] en mujeres vacunadas, en particular, cuando la vacunación tiene lugar antes de los 17 años. Los resultados son los esperados y añaden información en los Estados Unidos, que seguramente monitorizarán en el futuro». Añade además que «es tranquilizador porque confirma que estas vacunas tienen efectividad universal, un dato que teníamos de los estudios en fase III, pero que ahora vamos acumulando en condiciones de salud pública poblacionales. Es un estudio muy interesante y satisfactorio».
Además, este estudio proporciona una perspectiva de cohorte de nacimiento y sugiere un cambio en la distribución por edades de la prevalencia del VPH. En cualquier caso, los investigadores señalan que el estudio tiene como limitaciones el uso del estado de vacunación contra el VPH autodeclarado y la exclusión de los tipos de VPH no cubiertos por la vacuna.
«Los autores conocen los límites de estos estudios (por ejemplo, reconocen las posibilidades de error al preguntar a las personas sobre su vacunación contra el virus del papiloma humano, en lugar de revisar directamente los registros oficiales que confirmen si se produjo o no la vacunación). No sobre interpretar y es un buen ejemplo de análisis utilizando datos rutinarios que podría replicarse en otros países», concluye Bosch.
El estudio finaliza señalando: «Históricamente, en Estados Unidos, la prevalencia de la infección por el VPH entre las mujeres ha seguido un patrón de distribución logarítmica normal, con un pico observado en los grupos de edad jóvenes. Este concepto fundamental puede necesitar ser reevaluado para la infección por VPH-16/18, dado el reciente cambio de pico que hemos observado»
agosto 21/2022 (Diario Médico)
Referencia Bibliográfica:
- Chiaborelli, M. (2021). La vacunación contra el virus del papiloma humano redujo el riesgo de cáncer invasor del cuello uterino. Evidencia, actualizacion en la práctica ambulatoria, 24(3), e002148-e002148.
- Navarro-Illana, P., Navarro-Illana, E., Vila-Candel, R., & Díez-Domingo, J. (2018). Factores asociados a la vacunación contra el virus del papiloma humano en Valencia (España). Gaceta Sanitaria, 32(5), 454-458.