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En Ottawa se celebra una conferencia internacional organizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para analizar el uso del producto químico bisfenol A (BPA) en el sector de la alimentación a pesar de su toxicidad.
La OMS indicó que existe un considerable número de investigaciones \»sobre la toxicidad y actividad endocrina del BPA en animales\» pero que hay discrepancias entre los estudios \»con respecto a la naturaleza de los efectos y los niveles a los que estos ocurrieron\».
\»A la luz de estas incertidumbres sobre la posibilidad de efectos adversos a la salud humana con dosis bajas de BPA, especialmente en el sistema reproductivo, el sistema nervioso y desarrollo del comportamiento\» la OMS junto con la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), analizará el uso del BPA en este evento que se extenderá hasta el viernes.
El BPA es aplicado por la industria alimentaria y de bebidas –a nivel mundial- en el envasado de productos, fundamentalmente en latas, para ayudar a la preservación de alimentos.
A mediados de octubre, Canadá se convirtió en el primer país del mundo en declarar el químico bisfenol A como un producto tóxico después de que el organismo público Estadísticas Canadá (EC) publicara un estudio que demuestra que el 91% de los canadienses tiene la sustancia en el cuerpo. Pero Ottawa no prohibió su uso en el sector de la alimentación al entender que los niveles de exposición \»no suponen un riesgo a la salud de la población en general\». En el 2008 Canadá había declarado el BPA como un producto peligroso y prohibió su utilización para la producción de biberones pero no para el resto de sus usos.
Un reciente estudio del Instituto Nacional de Salud y Seguridad Ocupacional de Estados Unidos -entre más de 200 trabajadores chinos- vinculó el BPA con trastornos en la reproducción como la disminución del número de espermatozoides y su vitalidad.
Toronto, Canadá, noviembre 1/2010 (EFE)