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El ictus es una condición crónica no transmisible de alto impacto, producida por diferentes factores, entre los que están los relacionados con el estilo de vida, de los cuales forman parte los factores dietéticos. Un estudio publicado en la revista de Neurología, ha revisado la evidencia existente con relación a los factores dietéticos asociados al ictus.
Los estudios revisados describen una disminución del riesgo de ictus, según el consumo recomendado, hasta del 39 % para la dieta mediterránea, el 19 % para la dieta DASH, el 10 % para las nueces, el 26 % para las frutas y verduras, el 31 % para el pescado, el 26 % para la proteína total, el 9 % para los lácteos bajos en grasa y el 18 % para el calcio.
Por el contrario, describen un aumento del riesgo hasta del 58 % para la dieta occidental, el 13 % para la carne procesada y el 23 % para la sal. En relación con el consumo de legumbres, huevos y leche entera, los resultados son heterogéneos.
Los autores concluyen que el consumo de nueces, frutas y verduras, pescado, proteína total, lácteos bajos en grasa, calcio y la alta adhesión a las dietas DASH y mediterránea podrían tener efectos protectores para el ictus, mientras que el alto consumo de carnes rojas y procesadas, sal y la dieta occidental podrían constituir un factor de riesgo. Asimismo, es necesaria una mayor investigación