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Un equipo de investigación de la Universidad de Sevilla (US) ha diseñado nano cápsulas solubles y ‘a la carta’ que facilitan la absorción de fármacos dentro del organismo, al favorecer la entrada en sangre de compuestos que habitualmente el cuerpo humano no asimila por sí solo.
Normalmente, al ingerir los medicamentos estos se incorporan al torrente sanguíneo, donde se trasladan y realizan su función; sin embargo, hay fármacos con baja biodisponibilidad, es decir, que tan solo un bajo porcentaje del mismo llega a absorberse en el organismo, ha informado la Fundación Descubre en un comunicado.
‘Éstos se van acumulando poco a poco en los tejidos porque no se asimilan bien, lo que supone un problema, dado que a largo plazo pueden producir efectos tóxicos como dolores de cabeza, palpitaciones y alteraciones respiratorias, entre otros síntomas’, ha explicado la investigadora de la US Victoria Valdivia.
Para solucionar esto, los investigadores proponen una nano cápsula con una estructura que se asemeja al huevo de un anfibio, que contiene un embrión y una cobertura protectora, cuya cobertura estaría elaborada con compuestos ‘a la carta’ en cuyo núcleo se encontraría el fármaco.
Los compuestos que constituyen la nano cápsula, llamada micela, tienen tres beneficios: primero, son biocompatibles, por lo que facilitan que el organismo asimile mejor la medicación; evitan que ésta se acumule en los tejidos, reduciendo así sus efectos tóxicos; y el organismo puede metabolizarlos una vez absorbidos, por lo que sirven como ‘alimento’ para las células humanas.
Otra de las ventajas que destacan los investigadores es que estas nano cápsulas pueden contener nanopartículas de oro o hierro, de forma que, por ejemplo, en el caso de las de hierro, se podría usar un imán con el que dirigirlas a zonas específicas del cuerpo.
Para elaborar estas nano cápsulas esféricas, primero sintetizaron los compuestos químicos biocompatibles y los combinaron con agua y, después, sometieron la mezcla a una técnica de ultrasonidos para que se formaran nano gotas del tamaño aproximado de un virus.
Después, mediante diversas técnicas, evaluaron el volumen de la nanopartícula en seco y luego, en una solución hídrica, determinaron que eran adecuadas y fiables como portadoras de fármacos.
A continuación, añadieron el fármaco dexametasona como sólido a las nanopartículas y lo agitaron durante 24 horas a 50 grados centígrados para que no se degradaran los compuestos.
Finalmente, ensayaron la eficacia de estas nanoestructuras introduciéndolas por una membrana de diálisis, un ‘filtro’ que tan solo permite el paso de agua y compuestos de un tamaño determinado, tal y como ocurre con las venas humanas.
De este modo, comprobaron que las nanopartículas no pasaban, pero sí las moléculas del fármaco; al finalizar su labor, las micelas se fundirían con las células o se expulsarían mediante la orina.
Los investigadores señalan que el empleo de este tipo de sistemas para la administración de fármacos aumentaría la eficacia de los mismos porque las nano cápsulas incrementan la biodisponibilidad y porque mediante la ‘personalización’ de la membrana o a través de la introducción de nanopartículas metálicas junto con el fármaco, se podría distribuir este de manera selectiva únicamente a las células y tejidos afectados donde deba realizar su función.
El siguiente paso del grupo de Estereoquímica y Síntesis Asimétrica va en esta dirección y los investigadores se centran en dos cuestiones principales: primero, en continuar con el desarrollo de estas nano gotas y en realizar ensayos in vitro e in vivo.
Segundo, en encontrar métodos alternativos para dirigir las nanopartículas a lugares muy concretos del organismo, en función de la enfermedad que se quiera tratar, para ejercer su acción.
enero 27/2023 (EFE) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.