Investigadores del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV) de Tarragona y del Centro de Investigación Biomédica en Red (Ciber), de Diabetes Enfermedades Metabólicas Asociadas (Ciberdem) han hallado un mecanismo por el que una molécula que participa en la regulación de la energía en las células también es capaz de regular la inflamación del tejido adiposo que tiene lugar en la obesidad y la diabetes.

Diabetes-tipo-2El estudio, publicado en ‘Nature Immunology‘, ha sido liderado por los investigadores Joan Vendrell y Sonia Fernández-Veledo, del IISPV, el Hospital Universitario Joan XXIII de Tarragona, la Universidad Rovira i Vigili (URV) y el Ciberdem: ‘El hallazgo abre nuevas posibilidades terapéuticas extensibles a enfermedades inflamatorias y del sistema inmune‘, ha indicado Fernández-Veledo.

El trabajo se centra en un metabolito, el succinato, que es capaz de actuar fuera de la célula como si fuese una hormona (a través de un receptor), modificando el metabolismo energético; en otros estudios se había demostrado que los pacientes con obesidad y diabetes, en los cuales existe una inflación crónica de bajo grado, presentan niveles en sangre de succinato elevados.

‘Mediante la combinación de estudios básicos en modelos animales transgénicos y estudios en pacientes, hemos constatado la importancia de este nuevo mecanismo en el proceso inflamatorio del tejido adiposo en la obesidad’, ha destacado la investigadora líder.

‘Hemos estudiado la función del succinato y su receptor SUCNR1 en los macrófagos, un tipo celular especifico fundamental en la aparición de las alteraciones que se ven en el tejido adiposo de los pacientes con obesidad y diabetes’, incidiendo en que las células del sistema inmune, ha relatado.

‘Pueden actuar de forma dual, o bien favoreciendo los procesos inflamatorios –macrófagos de tipo M1– o bien facilitando un ambiente anti-inflamatorio y reparador, encargados de desactivar los procesos inflamatorios mediante un proceso conocido como resolución de la inflamación, que son los de tipo M2′, ha detallado Fernández-Veledo.

El balance entre estos dos tipos de macrófagos (M1 y M2) es esencial para el sistema inmune, ya que la inflamación es una respuesta de defensa del organismo, pero cuando persiste es perjudicial, y en el tejido adiposo de los pacientes obesos existe un predominio del proceso inflamatorio que se perpetúa, produce inflamación crónica de bajo grado.

Esta inflamación está detrás de muchas complicaciones asociadas a la obesidad, como la mayor mortalidad cardiovascular o la aparición de diabetes, y en este estudio ‘se identifica por primera vez al succinato’ y su receptor como actores fundamentales en la resolución de la inflamación.

Los investigadores han generado un ratón cuyos macrófagos no presentan el receptor de succinato, y contrariamente a lo que se esperaba, la falta de este receptor provoca un mayor grado de inflamación, peor tolerancia a la glucosa y mayor resistencia a la insulina, condiciones esenciales para el desarrollo de diabetes.

Además, estos ratones son más susceptibles de desarrollar obesidad en respuesta a una dieta grasa, han detectado los científicos, que han demostrado que esta molécula tiene un efecto dual interviniendo en la resolución del proceso inflamatorio, y supone un nuevo mecanismo de control de la inflamación por el que esta molécula hace de señal de alarma ante daño/estrés celular y ‘apaciguadora’ de la inflamación.

Los estudios con pacientes han corroborado las observaciones halladas en el modelo animal, detectando diferencias ante la falta de estas moléculas en pacientes sanos y obesos, lo que indica que en la obesidad hay un déficit de respuesta por este tipo de células que impide que se resuelva adecuadamente la inflamación de su tejido adiposo.

Niveles más altos en sangre

Curiosamente, los pacientes obesos tienen niveles en sangre más elevados de succinato, lo cual nos lleva a pensar que presentan una resistencia al mismo, como ocurre con otras hormonas como la insulina. Su tejido adiposo, se vuelve insensible a los efectos de este metabolito, aunque se halle a niveles elevados’ apuntan los responsables del estudio.

Recuperar la función fisiológica del receptor de esta molécula representa una nueva estrategia terapéutica para el tratamiento de la obesidad y sus enfermedades asociadas, principalmente la resistencia a la insulina y la diabetes tipo II: ‘Nuestros resultados representan un cambio de paradigma, ya que identificamos al succinato como un metabolito clave en la resolución de la inflamación’.

‘La repercusión de este hallazgo no es exclusiva de enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes, y podría ser extensible a otras enfermedades inflamatorias y del sistema inmune. Nuestro grupo seguirá trabajando para estudiar la fisiología del eje succinato-receptor y sus implicaciones en patologías metabólicas’, ha afirmado Fernández-Veledo.

Este estudio ha contado también con la colaboración de la Universidad Rey Juan Carlos, el Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols y del Instituto de Reserva Biomédica de Barcelona (IRB).

noviembre 02/ 2022 (Europa Press)

noviembre 2, 2022 | Lic. Heidy Ramírez Vázquez | Filed under: Endocrinología, Enfermedades metabólicas, Investigaciones | Etiquetas: , , , |

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