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Trata hemorroides sintomáticas de una forma selectiva, segura e indolora y con un éxito similar al de la cirugía convencional.
La embolización intraarterial selectiva es una nueva técnica para el tratamiento de la enfermedad hemorroidal sintomática. El procedimiento consiste en la embolización de la arteria rectal superior, que se realiza de una forma segura e indolora, que evita el trauma anorrectal y que favorece la recuperación inmediata del paciente.
Con respecto a las técnicas empleadas tradicionalmente, la embolización intraarterial ofrece beneficios significativos: no utiliza la vía anal para su abordaje y tras el tratamiento embolización la recuperación es indolora.
«El paciente, como mucho, nota ‘cierto peso’ en la zona rectal que desaparece espontáneamente en unos días», indica a DM María Dolores Ferrer Puchol, especialista de la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram) y autora del artículo ‘Embolización intraarterial selectiva como tratamiento de la enfermedad hemorroidal‘, publicado en la revista Radiología, y que ha recibido el premio Seram al artículo más citado en 2021 durante el último congreso de esta organización médica.
En el informe, se describe la embolización realizada mediante punción de la arteria femoral derecha o vía arteria radial, cateterizándose la arteria mesentérica inferior (AMI) y accediéndose a la arteria rectal superior con un microcatéter (2,7 F) con el que se cateteriza cada rama distal, ocluyéndolas distalmente con partículas de PVA (300-500 micras), y proximalmente con coils de 2-3 mm. Los pacientes recibieron el alta a las 24 horas, al mes se les evaluó clínicamente y se les realizó una anoscopia.
Se estudió a 20 pacientes, de los cuales 4 fueron mujeres y 16 hombres, con una edad media de 61,85 años y con seguimiento medio de 10,6 meses (rango de 28-2 meses).
Los resultados apuntan a un éxito técnico del 90 % y éxito clínico de 83,4 %. Solo un paciente requirió nueva embolización de la arteria rectal media y dos pacientes requirieron cirugía. La recuperación fue prácticamente indolora. Al mes todos referían gran satisfacción y la anoscopia demostraba importante mejoría de las hemorroides y no hubo complicaciones secundarias a la embolización.
Ferrero, de la sección de Radiología Vascular Intervencionista del Servicio de Radiología del Hospital Universitario de la Ribera de Alzira, en Valencia, explica que el porcentaje de éxito clínico -evidenciado en el hecho de que los pacientes no sangren nada- «es similar a las demás series publicadas de embolización, aproximadamente del 75 al 80 % en el primer año, porcentajes que son similares a otras técnicas quirúrgicas no convencionales», señala la experta quien subraya que si existe resangrado posterior «se puede combinar con ligadura del plexo realizada de forma ambulatoria por el cirujano coloproctólogo».
La técnica convencional o cirugía escisional tiene un porcentaje de éxito del 95 % y sigue siendo el patrón de referencia en el tratamiento de las hemorroides con el ‘inconveniente’ del dolor postquirúrgico que puede ser importante y puede durar hasta 1 mes después de la intervención quirúrgica, matiza la especialista.
La embolización intraarterial selectiva es una técnica novedosa porque produce el cese de las rectorragias al ocluir las arterias que irrigan la zona del recto donde se sitúan las hemorroides internas.
El procedimiento solo requiere anestesia local en el sitio de la punción arterial y el resto de la manipulación con las guías y catéteres es indoloro. El paciente precisa, como mucho, 24 horas de ingreso hospitalario y el postoperatorio es prácticamente indoloro.
Candidatos idóneos
En principio cualquier paciente es candidato, salvo que presente un aneurisma de la aorta abdominal infra renal, ya que «en estos casos no se puede cateterizar la arteria mesentérica inferior».
Las indicaciones serían: pacientes que han tenido intervenciones quirúrgicas en la zona anal, pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal (EII), parapléjicos, anticoagulados y pacientes con recidivas de hemorroides internas después de intervenciones quirúrgicas.
Las contraindicaciones son, como ya se ha referido, existencia de aneurisma de la aorta infrarrenal y los pacientes alérgicos al contraste yodado.
Dada su mínima invasión y el éxito prácticamente comparable al de la cirugía escisional, la nueva técnica podría convertirse en un tratamiento de elección para ciertos subgrupos de pacientes, fundamentalmente, los citados anteriormente.
Sin embargo, «como es aún un tratamiento novedoso, no existen guías clínicas que justifiquen el tratamiento de elección como tal”, indica Ferrer, quien hace hincapié en que «la revisión de nuestros procedimientos y de los resultados nos hace recapacitar sobre ellos y siempre hallamos áreas de mejora que repercuten positivamente en el trabajo realizado y, sobre todo, en los tratamientos para los pacientes».
En la elaboración de este artículo también han participado, además de Ferrer, los doctores Esteban Hernández, Blanco González, Ramiro Gandia, Solaz Solaza y Pacheco Usmayo, de la sección de Radiología Vascular Intervencionista del Servicio de Radiología, y de la Sección de Coloproctología, del Servicio de Cirugía, ambos del Hospital Universitario de la Ribera de Alzira, en Valencia.