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Pese a la multiplicación de casos de viruela del mono, aún es «un poco pronto» para hablar de epidemia, aunque debemos permanecer alerta, asegura el epidemiólogo Antoine Flahault, director del Instituto de salud global en la facultad de medicina de la universidad de Ginebra.
Estamos asistiendo a la aparición de un proceso inusual que aún no está claro si se convertirá en una explosión epidémica o si se limitará a una propagación más contenida. En los últimos días, el número de casos notificados se ha duplicado en tres o cuatro días, lo que podría indicar el crecimiento exponencial de una ola epidémica.
Pero también cabe preguntarse si la reciente cobertura mediática del fenómeno no ha animado a los pacientes a consultar a sus médicos y a estos a hablar más sobre el diagnóstico y a notificar los casos detectados. Por lo tanto, todavía es un poco pronto para hablar de una epidemia, pero el comienzo de una epidemia sí se parecería a lo que se está observando actualmente.
La aparición de este fenómeno, que es nuevo fuera de África ecuatorial, debe alertarnos y hacernos muy precavidos. Sería mucho más eficaz desde el punto de vista sanitario y mucho menos impactante desde el punto de vista social y económico, aislar los pocos casos detectados durante tres semanas y pedir una cuarentena para los contactos altamente sospechosos.
Actualmente, podemos tratar de desmantelar todas las cadenas de transmisión porque solo tenemos unos pocos, en lugar de esperar a vernos desbordados por una posible afluencia de casos para los que tenemos pocos conocimientos, pocos tratamientos o vacunas disponibles.
Por el momento, lo que se sabe del virus no nos hace temer una contaminación masiva de la población en general, salvo si el virus evolucionó.
Desde hace más de 50 años se sabe por la experiencia africana que este virus requiere un alto grado de contacto de persona a persona con alguien contagioso para permitir la infección.
En este momento no se puede descartar ningún escenario, y la posibilidad de una pandemia no se puede descartar por completo. Sin embargo, hay otros escenarios menos pesimistas que son al menos igual de viables. Hasta ahora, no se ha informado de cadenas de infección de más de seis personas. La tasa de reproducción en África siempre ha sido inferior a 1, es decir, sin potencial pandémico.
Es posible que ahora se den las condiciones para que la transmisión entre humanos se vea facilitada por una mayor adaptación del virus, y también por las redes de comunidades humanas que viven en gran promiscuidad y con mucha movilidad.
La pandemia del VIH/Sida también comenzó con la infección de ciertos segmentos de la sociedad, como las comunidades homosexuales masculinas y las personas que intercambiaban agujas. Después, la pandemia se extendió hacia otros grupos de la población, como pacientes en transfusión, trabajadores del sexo, parejas heterosexuales y recién nacidos de madres infectadas.
Pero por ahora, nada indica que el virus de la viruela del mono se transmite por vía sexual. El contagio se produce por contacto estrecho y prolongado con una persona infectada con lesiones en la piel, por lo que no hay razón para que se limite a la comunidad homosexual masculina.
mayo 25/2022 (AFP) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.