El alto porcentaje de infecciones en menores de 5 años centra las hipótesis, pero «no es suficiente».

Ya ascienden a 190 los casos de hepatitis infantil de origen desconocido. Aunque cada vez las hipótesis se acercan más a la diana del problema. La teoría que cobra fuerza es que detrás de las infecciones hepáticas hay un adenovirus. En concreto, se ha detectado este patógeno en un 43 % de ellas. El subtipo del que se sospecha es el F41. ¿Por qué ahora este patógeno causa más casos?

sintomas hepatitisLa Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto sobre la mesa que puede deberse a un repunte de este microorganismo tras dos años en los que el virus predominante ha sido el coronavirus en sus distintas variantes. La explicación que ofrecen los pediatras es que «existe una falta de entrenamiento del sistema inmunológico» a determinados virus, «que por las determinadas situaciones de estos dos años anteriores propiciadas por la pandemia no han sufrido», explica Teresa Cenarro, pediatra en Zaragoza y portavoz de Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap).

En Reino Unido se han agarrado fuerte a esta teoría. Los adenovirus son microorganismo a los que los pequeños se deben exponer desde la infancia, «ya que se convive con ellos, como con otros», explica Cenarro. En estos dos años, la prevalencia del SARS-CoV-2 con sus diferentes caras (o variantes) habría arrinconado al resto de los virus.

Desde el país inglés creen que el cierre de guarderías, escuelas y parques durante los periodos de confinamiento habría dejado a los niños menos expuestos a los virus comunes que circulan regularmente en la comunidad, provocando a la larga su aparente mayor vulnerabilidad a infecciones hasta ahora ordinarias.

¿Cómo ha afectado la pandemia?

Con las infecciones en los más pequeños puede establecerse la hipótesis de que «desde el invierno pasado el SARS-CoV-2 ya no es el único virus en circulación y el resto van recuperando su sitio. Muchos pequeños que se tendrían que haber enfrentado a estos patógenos lo hacen más tarde y con un sistema de defensas menos entrenado», explica Cenarro. Además, añade que «la cantidad de medidas de distanciamiento, higiene y prevención contra la covid, ahora más relajadas, también lo habrían evitado».

Hace unos días, también los investigadores que están analizando los casos detectados en Escocia apuntaban en la misma dirección en un trabajo publicado en Eurosurveillance. La relativa vuelta a la normalidad social tras las restricciones de la pandemia podría explicar este efecto de la infección por adenovirus, sugerían los científicos. Así, los niños se estarían enfrentando ahora a virus con los que, en condiciones normales, hubieran estado en contacto desde sus primeros meses de vida.

Una posibilidad, señaló, es que los niños que han pasado más de dos años bajo las medidas de prevención establecidas por la pandemia, han tenido un «menor contacto con adenovirus» y, por tanto, no han desarrollado la esperada inmunidad frente a ellos.

Federico Martinón-Torres, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, se muestra cauteloso y afirma que no se trata tanto «porque el sistema inmune no estuviese estimulado, porque los niños puede que no estén en contacto con todos los patógenos, pero han continuado teniendo otro tipo de infecciones», sino de exposición a esos microorganismos en concreto.

Vuelta a la normalidad vírica

La pediatra de Zaragoza apunta que «sí hemos visto estos meses un popurrí de virus comunes previos a la pandemia, muchos de ellos adenovirus». Pero el problema es que no «existe una monitorización de todos los adenovirus que circulan», explicó ayer desde el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), su directora, Andrea Ammon. Además, detalló que hay un total de casi 200 casos y alrededor del 40 % se han producido en países europeos, aunque subrayó que estas cifras «a veces no son precisas porque aún se están verificando muchos casos».

A su vez, sostiene esta teoría, desde Reino Unido, Meera Chand, directora de infecciones clínicas y emergentes de la Agencia de Seguridad Sanitaria, ha apuntado que, aunque ninguna hipótesis se descarta, «en Reino Unido se ha identificado la infección por adenovirus en el 75 % de los pacientes afectados».

En las últimas semanas, en el país se ha observado también un incremento significativo en la circulación de adenovirus. El incremento contrasta con la baja transmisión detectada previamente, durante los meses más álgidos de la pandemia. En ese sentido, aunque se sigue investigando la posible implicación de otros factores tóxicos o ambientales, se estudia especialmente si estas hepatitis están relacionadas con una mayor susceptibilidad a la exposición a adenovirus.

También cabe la posibilidad, añadió Chan, de que actualmente «estén circulando nuevas variantes de adenovirus» u otros patógenos de interés. Por otro lado, las autoridades también investigan si la infección previa por SARS-CoV-2 u otros virus puede estar favoreciendo una mayor vulnerabilidad de algunos niños.

Desde la OMS, Philippa Easterbrook, científica sénior en el Programa Global de Hepatitis, explicó recientemente en rueda de prensa que «se han dado casos sin explicación durante el confinamiento». Esto ocurre ahora que se realiza un estudio exhaustivo de las infecciones desde el mes de abril hacia atrás. «Hemos constatado que en algunos países ha habido transmisión comunitaria de los adenovirus. Pero necesitamos más trabajos adicionales para determinar la tasa de adenovirus en la población», remachó Easterbrook.

Martinón-Torres recuerda que «resulta cierto que las medidas no farmacológicas de protección han evitado algunos procesos infecciosos, pero no frente a todos los patógenos».

¿Por qué esta teoría no resuelve del todo el misterio?

El problema es que esta teoría solo se adapta a un perfil de los pacientes, no al global. Antonio Rivero-Juárez, investigador del CiberINFEC y de la de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Reina Sofía e Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic), cree que «esto no es suficiente», porque hay «menores de mayor edad», hasta los 16 años.

Por este motivo, se mantienen todas las líneas de investigación abiertas. En las conclusiones presentadas en el Congreso de la Sociedad Europea de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ECCMID) se baraja un amplio abanico que va desde un cofactor que hace que las infecciones por adenovirus sean más graves; una nueva variante de adenovirus; un fármaco, toxina o exposición ambiental; un nuevo patógeno, o, incluso, una nueva variante de SARS-CoV-2.

Sobre esta última, Rivero-Juárez explicó a este periódico que «se ha encontrado un porcentaje pequeño de niños con reinfecciones covid«. Pero, sin embargo, todo «está en el aire y debemos tener más datos para poder establecer un vínculo directo. Hoy todavía no se puede», concluyó.

abril 29/2022 (Diario Médico)

Comments

Comments are closed.

Name

Email

Web

Speak your mind

*
  • Noticias por fecha

  • Noticias anteriores a 2010

    Noticias anteriores a enero de 2010

  • Suscripción AL Día

  • Categorias

    open all | close all
  • Palabras Clave

  • Administración