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Los resultados, publicados en la revista Gynecologic Oncology, allanan el camino hacia el desarrollo de un análisis de sangre que podrá hacerse inmediatamente después del diagnóstico para ayudar a los médicos en la toma de decisiones.
Investigadores del Departamento de Ginecología de la Escuela Paulista de Medicina, de la Universidad Federal de São Paulo (EPM-Unifesp), en Brasil, en colaboración con especialistas de la Universidad de California en Irvine, Estados Unidos, descubrieron en la sangre de las mujeres con tumores de ovario y de endometrio factores que pueden apuntar qué pacientes tendrán más oportunidades de generar una buena respuesta al tratamiento o una recidiva de la enfermedad.
Para arribar a esta conclusión, los científicos analizaron el plasma de 50 mujeres con cáncer de ovario y de endometrio que se sometieron a cirugías y a quimioterapia en primera línea. Los resultados de esta investigación salieron publicados en la revista Gynecologic Oncology.
“Nuestro objetivo consistía en medir las denominadas firmas metabólicas, es decir, las moléculas provenientes del metabolismo presentes en la circulación sanguínea que pueden estar asociadas a una determinada enfermedad o a una condición”, explica el médico Paulo D’Amora, miembro del Consejo Gestor del Laboratorio de Ginecología Molecular y Metabolómica del Departamento de Ginecología de la EPM-Unifesp, y becario del Programa Joven Investigador en Centros Emergentes de la FAPESP, que financió parte del estudio.
En este caso, según el científico, se analizaron algunos tipos de compuestos importantes, tales como los aminoácidos valina y fenilalanina (relacionados con la inmunidad) y de lípidos tales como las acilcarnitinas, lisofosfatidilcolinas y esfingomielinas (asociados a alteraciones que llevan a la estimulación de las vías inflamatorias y al gasto energético).
Este proceso se concretó mediante la aplicación de una técnica denominada espectrometría de masas, que permite identificar y cuantificar sustancias en muestras biológicas y que es muy utilizada en laboratorios clínicos de todo el mundo.
“Con la ayuda de un sistema de espectrometría de masas de última generación, efectuamos la medición de los iones emitidos partiendo de los compuestos de interés presentes en las muestras de plasma de las pacientes. Estos iones son acelerados y fragmentados dentro del espectrómetro y cada metabolito de interés posee un patrón de fragmentación específico, una identidad única”, explica D’Amora. Los resultados señalaron a las participantes que eran sensibles y a las que eran resistentes al platino, una sustancia ampliamente utilizada en la quimioterapia contra estos cánceres ginecológicos.
Las participantes quedaron divididas en dos grupos: uno de pacientes sensibles al platino, formado por 38 personas (el 83 por ciento de la muestra), y otro de las resistentes a la sustancia, con ocho de ellas (un 17 por ciento). Estos resultados fueron asociados a datos clínicos y de laboratorio. Tras un análisis bioestadístico (metabolómico), los mismos aportaron información sobre la respuesta clínica de esas pacientes: la sobrevida libre de la enfermedad, el tiempo hasta la progresión de la enfermedad y la sobrevida global.
La investigación, que hasta ahora se ha concretado con esos tipos de tumores pues son sensibles al quimioterapéutico evaluado, permitió identificar a las pacientes con perfiles metabólicos asociados a una mejor respuesta clínica y a un buen pronóstico y a aquellas que poseen un perfil desfavorable y un peor pronóstico con relación al desarrollo de la enfermedad. Con esa información en su poder, los médicos pueden concretar un tratamiento más individualizado, con una mejora importante en su eficiencia y en las posibilidades de curación.
Estos resultados sugieren un futuro en el cual los oncólogos podrán utilizar un análisis de sangre realizado al momento del diagnóstico para ayudar en la toma de decisiones durante el manejo del caso.
“Estamos trabajando para que los biomarcadores y los algoritmos que se descubrieron en este estudio lleguen a los niveles de validación satisfactorios que exigen los organismos nacionales e internacionales de acreditación en el área de medicina de laboratorio y patología clínica, para que pronto podamos emplearlos en la práctica clínica”, afirma D’Amora, quien en 2016 y 2017 obtuvo los premios al mejor trabajo en la categoría Scholar-In-Training Award otorgados por la American Association for Cancer Research (AACR).