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Una investigación realizada en el Institut National de la Recherche Scientifique (INRS, por sus siglas en inglés) y dirigida por Éric Vallières -autor principal del trabajo-, y por la profesora Marie-Élise Parent ha revelado que la obesidad abdominal parece estar asociada a un mayor riesgo de desarrollar un cáncer de próstata agresivo.
El cáncer de próstata es la forma de cáncer más común entre los hombres y la tercera causa de muerte por esta enfermedad. En este contexto, el estudio publicado en la revista Cancer Causes & Control, ha demostrado la asociación entre las trayectorias del tamaño corporal de los pacientes y la incidencia de cáncer de próstata agresivo, en un estudio de casos y controles entre 2005 y 2012, basado en la población en Montreal, Canadá.
La investigación contó con una muestra de 1 931 casos, con una edad de 75 años diagnosticados con cáncer de próstata agresivo. De este grupo se seleccionaron 1 994 controles de la lista electoral. Se realizaron entrevistas para evaluar el índice de masa corporal (IMC) y la silueta de Stunkard a las edades de 20, 40, 50, 60 años y antes de la entrevista.
«El cáncer de próstata es la forma de cáncer más común entre los hombres y la tercera causa de muerte por esta enfermedad»
Se midieron las circunferencias actuales de la cintura y la cadera, y un modelo predictivo estimó la circunferencia de la cintura en el pasado. Se determinaron las trayectorias del IMC y de la circunferencia de la cintura para identificar subgrupos. La regresión logística estimó los odds ratios (OR) y los intervalos de confianza (IC) del 95 por ciento para la asociación entre indicadores antropométricos y cáncer de próstata agresivo.
Aporte para la investigación sanitaria
«Señalar los factores de riesgo del cáncer agresivo es un gran paso adelante en la investigación sanitaria porque es el más difícil de tratar. Estos datos crean una oportunidad para trabajar de forma preventiva, controlando más estrechamente a los hombres con este factor de riesgo», ha explicado Parent.
Variación hormonal y metabólica
Por su parte, Vallières ha señalado que «la obesidad abdominal provoca variaciones hormonales y metabólicas que pueden favorecer el crecimiento de células cancerosas hormonodependientes. Se cree que la obesidad abdominal está asociada a una disminución de la testosterona, así como a un estado de inflamación crónica relacionado con el desarrollo de tumores agresivos».
Efectos biológicos
La obesidad general no mostró la misma correlación que la grasa abdominal. Esto puede deberse a un sesgo de detección y a posibles efectos biológicos. «En las personas obesas, la proteína utilizada para detectar el cáncer de próstata en una fase temprana, el antígeno específico de la próstata (PSA), se diluye en la sangre. Esta hemodilución hace que el cáncer sea más difícil de detectar», ha resaltado Vallières.
El equipo de investigación cree que hay que dar prioridad a los estudios sobre el momento de exposición a la obesidad a lo largo de la vida, y que un análisis más profundo de la distribución de la grasa corporal podría aportar más información sobre los riesgos de desarrollar cáncer de próstata.
juno 18/2021 (Redacción Médica)