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Un equipo de trabajo, conformado por dos laboratorios del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME, CONICET-FIBYME), halló una combinación de drogas que podría lograr que los tumores de mama del tipo luminal respondan al tratamiento con inmunoterapia. Los resultados, basados en evidencias experimentales en ratones y en células en cultivo, fueron publicados en la revista científica Cancer Research.
El cáncer de mama históricamente no fue un buen candidato para la aplicación de inmunoterapias, entre otras razones, por no presentar muchas mutaciones y generar pocos antígenos -moléculas que llaman la atención del sistema inmune-. Los resultados que obtuvieron los investigadores proponen una alternativa que haría posible que los tumores hormonodependientes respondan a la inmunoterapia con anti PD-L1.
En este trabajo, cuyos primeros autores son Gonzalo Sequeira, Ana Sahores y Tomás Dalotto-Moreno, se inocularon ratones con tumores de mama hormonodependientes (del tipo luminal). “Los tratamos con muy bajas dosis del antiprogestágeno mifepristona, que bloquea el receptor de la hormona sexual progesterona, y observamos que ahora estos antígenos eran evidentes y llamaban la atención del sistema inmunológico. Al mismo tiempo y al tratar a los ratones con un anticuerpo monoclonal anti PD-L1, observamos que esta inmunoterapia funciona, inhibiendo el crecimiento tumoral”, explica Mariana Salatino, investigadora independiente del CONICET, quien junto a Claudia Lanari, investigadora superior del Consejo, lideraron el trabajo.
También participaron los becarios Ramiro Perrotta y Gabriela Pataccini, las investigadoras Caroline Lamb, Maria Laura Polo y Virginia Novaro, la patóloga Silvia Vanzulli y el investigador superior Gabriel Rabinovich.
La inmunoterapia se basa en activar al sistema inmunológico del paciente para que ataque al tumor -desbloqueando un freno interno que el mismo sistema posee para evitar que se destruyan tejidos propios. “Estos frenos son los puntos de control inmunológico que, al bloquearlos con anticuerpos específicos, dejan de reprimirse exacerbándose la respuesta inmune”, grafica la investigadora.
En los últimos años la inmunoterapia comenzó a ser cada vez más utilizada en la clínica oncológica para diversos tipos de cáncer (de pulmón, melanoma, cáncer renal, por ejemplo). En estos casos, son tumores que presentan muchas mutaciones y expresan muchos antígenos por lo que responden muy bien a la inmunoterapia.
“En el cáncer de mama, hay tres grandes grupos: los hormonodependientes o luminales, los HER2 positivos y los triple negativos. En la clínica la inmunoterapia está aprobada solo para el subgrupo triple negativo, en combinación con quimioterapia. Lo que estamos proponiendo es que, quizá en un futuro, los pacientes que presentan tumores del subtipo luminal podrían beneficiarse con la inmunoterapia en combinación con la mifepristona”, explica.
Cabe aclarar que dentro del grupo de los del tipo luminales, que son el 70 por ciento de todos los tumores de mama, los que responderían a la inmunoterapia combinada con mifepristona , aquellos que sobre expresa el receptor de progesterona tipo A. “Este subgrupo de pacientes sería el que, en teoría, podría responder a la combinación de estas drogas las cuales, por separado, ya se utilizan en la clínica. Lograríamos así incluir en la inmunoterapia a pacientes que hoy quedan fuera de estos tratamientos novedosos”, concluye Salatino.
Los estudios se realizaron gracias a los aportes del CONICET, de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación y por la Fundación Sales.