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En bebés menores de 90 días que presentan fiebre, la infección por SARS-CoV-2 puede ser un factor relevante en el contexto pandémico.
Los bebés menores de 90 días que han dado positivo para SARS-CoV-2 tienden a estar bien, con poca o ninguna afectación respiratoria. El síntoma más frecuente es la fiebre, a menudo el único y el más relevante. Son las conclusiones de un estudio llevado a cabo en el Hospital de Niños Ann & Robert H. Lurie de Chicago que se ha publicado en The Journal of Pediatrics.
Los resultados de este estudio, llevado a cabo en un solo centro, coinciden con otras series epidemiológicas publicadas de China y Singapur que sugieren que los bebés en su mayoría tienen una enfermedad leve.
Leena B. Mithal, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas de Lurie Children’s y profesora asistente de pediatría de la Universidad Northwestern, destaca que «la mayoría de los bebés en nuestro estudio tenían fiebre, lo que sugiere que para los bebés pequeños que se evalúan debido a la fiebre, COVID-19 puede ser una causa importante, particularmente en una región con actividad comunitaria generalizada. Sin embargo, la evaluación de infección bacteriana en bebés pequeños con fiebre sigue siendo importante».
En este estudio se incluyeron a 171 lactantes menores de 90 días, de los que 18 dieron positivo en la prueba de RT-PCR para el coronavirus. Ninguno tenía antecedentes médicos significativos.
La mitad de estos bebés ingresaron en el servicio de hospitalización general del hospital, ninguno requirió oxígeno, asistencia respiratoria ni cuidados intensivos. Las indicaciones para la admisión fueron principalmente observación clínica, control de la tolerancia a la alimentación y descartar infección bacteriana con antibióticos intravenosos empíricos en lactantes menores de 60 días.
De los bebés ingresados en el hospital, seis de nueve tenían síntomas gastrointestinales (mala alimentación, vómitos y diarrea). Los síntomas de tos y congestión del tracto respiratorio superior precedieron a la aparición de síntomas gastrointestinales. Los bebés pequeños también tenían cargas virales notablemente altas en sus muestras nasales, a pesar de la enfermedad clínica leve.
«No está claro si los bebés pequeños con fiebre y una prueba positiva para SARS-CoV-2 requieran ingreso hospitalario», afirma Mithal. «La decisión de ingresar en el hospital se basa en la edad, la necesidad de tratamiento preventivo de la infección bacteriana, la evaluación clínica, la tolerancia a la alimentación y la adecuación del seguimiento».
Mayor incidencia latinoamericana
Estos médicos también observaron una mayor incidencia de pacientes latinos en la muestra de los bebés con COVID-19 (el 78 %). El dato podría explicarse por el hecho de que en Chicago, más del 40 % de los casos de la enfermedad en plana pandemia se han detectado en personas de origen latinoamericano.
«Aunque esperábamos que hubiera muchos bebés latinoamericanos con COVID-19, puede haber factores adicionales que contribuyan a una mayoría desproporcionada de los casos», dice Mithal, aludiendo a circunstancias como que se ha limitado el acceso en algunos consultorios pediátricos de atención primaria, con prácticas que remiten a niños sintomáticos a las urgencias.
También ha podido influir un acceso limitado a la atención de telemedicina puede ser un factor. Finalmente, puede haber una mayor probabilidad de exposición debido a familias más amplias que comparten el hogar o a miembros de la familia que trabajan fuera del hogar durante la pandemia.