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Que las nuevas tecnologías y la digitalización del sector sanitario han traído innumerables ventajas poca gente lo duda ya, pero que los inconvenientes que supone desde sus inicios son difíciles de erradicar, también. De hecho, puede que la creciente aplicación de tecnologías big data e inteligencia artificial no haga sino agravarlo.
“Tenemos a los médicos aburridos de hacer clics innecesarios para su labor asistencial”, se ha lamentado Mercedes Alfaro, subdirectora general de Información Sanitaria de la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación del Ministerio de Sanidad, durante el XXIII Congreso Nacional de Informática de la Salud, Infors@lud 2020, organizado en Madrid por la Sociedad Española de Informática de la Salud (SEIS).
Responsabilizar a los profesionales de una correcta recogida de datos que servirán tanto para alimentar el CMBD como los nuevos sistemas inteligentes es una carga que, quizá no deban asumir. “Al profesional hay que darle soluciones, no cargas. Por ejemplo, sistemas de procesamiento del lenguaje natural para facilitar y mejorar la calidad de la recogida de datos”.
Sistemas más potentes
Además, a juicio de Lorenzo Echeverría, médico de Admisión y Documentación Clínica, “las tecnologías existen, pero aún necesitamos sistemas más potentes. Los profesionales son los primeros que quieren poder usar los datos como una ayuda en su trabajo”.
Por ello, resulta imprescindible “dar al profesional algo útil”, ya que, solo con eso, en opinión de Víctor de la Torre, de la División de Inteligencia Artificial de Fujitsu, “la calidad del dato mejorará”.
En cualquier caso, para poder utilizar los datos son necesarios sistemas que los procesen y manejen, pero siempre dejando claro que “la responsabilidad y protección de la información sobre salud debe estar en manos de los servicios sanitarios”, según Carlos Piqueras, director de Sanidad de Huawei.