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Los tratamientos individuales elevarán la curación y la supervivencia de los pacientes crónicos de cáncer, según Josep Tabernero, director del Instituto de Oncología del Valle de Hebrón, en Barcelona, entidad que recientemente ha firmado una alianza con la Fundación Bancaria «la Caixa», que preside Isidro Fainé, para potenciar la investigación en cáncer.
La medicina de precisión en cáncer, tanto en diagnósticos como en tratamientos, ha venido para quedarse hasta el punto de que, en un futuro no muy lejano, cada tumor de cada paciente tendrá su terapia concreta, hecho que, según Josep Tabernero, director del Instituto de Oncología del Hospital Valle de Hebrón (VHIO), y del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Valle de Hebrón, ambos en Barcelona, “es ya una realidad en algunas enfermedades tumorales y que cada vez se va generalizando más”.
Alude, por ejemplo, al cáncer de mama, en el que en veinte años se ha pasado de contemplar solo dos subtipos el hormonodependiente y el hormonoindependiente, a tener en la clínica otros más de quince subtipos que se tratan de forma diferente, panorama similar al que se está produciendo en cáncer de pulmón. Avance indiscutible de este fenómeno es el del tratamiento de la leucemia mieloide crónica (LMC), patología en la que cada vez se registra un mayor número de largos supervivientes.
“Evidentemente, las modernas terapias se traducen en un aumento de la curación, pero también en un incremento de la cronificación y de la supervivencia en pacientes crónicos”, señala el oncólogo que hoy ha firmado, con Isidro Fainé, presidente de la Fundación Bancaria “la Caixa”, una alianza para seguir promoviendo la lucha contra el cáncer a través del programa de investigación oncológica VHIO-“La Caixa”.
A través de este nuevo acuerdo, “la Caixa” destinará seis millones de euros, entre 2020 y 2023, a la investigación para nuevos tratamientos personalizado, al desarrollo de nuevos fármacos y al impulso de ensayos clínicos en cáncer que se desarrollarán a través de la Unidad de Investigación en Terapia Molecular del Cáncer (UITM) “la Caixa”, ubicada en el VHIO.
El cáncer es uno de los mayores problemas de salud pública, y con tendencia al alza, en el mundo. En España, y según los últimos datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se prevé que, en los próximos 20 años, la incidencia de las enfermedades tumorales aumentará en un 60 %. Actualmente, se calcula que uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres españolas sufrirá un cáncer a lo largo de su vida.
Repercusión clínica inmediata
La alianza reafirma el compromiso que desde hace diez años mantienen ambas entidades, con especial hincapié en el desarrollo de tratamientos personalizados, lo que incluye un amplio abanico que se ha ido perfeccionando en este tiempo. “La evolución ha sido destacable, por ejemplo, en tratamientos con inmunoterapia muy selectivos, nuevos biomarcadores, anticuerpos bioespecíficos, así como terapia celular y virus oncololíticos”, señala Tabernero.
Uno de los grandes soportes que ofrecen los investigadores es todo el ámbito relacionado con la medicina de precisión: análisis de las alteraciones moleculares de los tumores que permiten “decidir cuáles son los mejores tratamientos, la mayoría de ellos innovadores y que, aunque se encuentran en estudios en fase precoz (ensayos I y II), realmente ofrecen muchas y nuevas oportunidades a los enfermos”. Prueba de ello es la repercusión inmediata, a pie de consulta hospitalaria, en pacientes que no tienen más opciones de tratamiento.
Desde que, hace diez años, se puso en marcha la UITM-“la Caixa”, se han tratado 7 302 pacientes con todos los fármacos desarrollados en esta unidad en ensayos clínicos. De todos los medicamentos, 30 han sido aprobados por la FDA estadounidense (algunos con varias indicaciones y otros con una sola) y que “ahora están disponibles para toda la población”. Algunos de los ejemplos más claros son el pertuzumab y el T-DM1 para mutaciones HER2 en cáncer de mama; inhibidores de PARP como olaparib e inhibidores de BRAF como binimetinib y encorafenib para cáncer de colon. La lista se amplia para cáncer de pulmón con alteraciones en la vía ALK, como alectinib, e inmunoterapias basadas en atezolizumab, registrado como Tecentriq, cuya fase I, se cumplimentó en la UITM-“la Caixa”.
Fármacos de inmunoterapia
El ámbito inmunoterápico, de hecho, tiene un peso muy sólido, ya que el 30 % de los nuevos fármacos que se desarrollan esta unidad son de inmunoterapia, señala el oncólogo, quien espera que en los cuatro próximos años se consigan otras 20 nuevas aprobaciones diferentes de fármacos de precisión, así como la ampliación de los mismos u otros ya aprobados para los que se ha detectado eficacia en otros tipos de tumores, lo que supone ampliarlos a indicaciones más concretas, como trastuzumab, por ejemplo, aplicado a cáncer de mama y que ahora está encontrando hueco en cáncer de colon o pulmón, entre otros.
Tabernero también subraya que el desarrollo de fármacos innovadores “no tendría ningún sentido sin el desarrollo y validación de biomarcadores, investigación que también realiza su equipo, y de una parte muy destacada de ellos: los marcadores predictivos de respuesta a los tratamientos”.
Fármacos al auxilio de la prevención
Tabernero es un firme defensor de la prevención para reducir el cáncer, pero incluso así “se seguirán produciendo el 60 % de los cánceres, por lo que es para ellos es de especial relevancia que existan diagnósticos precoces y tratamientos personalizados. Uno de los mensajes más positivos es que el desarrollo de los medicamentos para combatir el cáncer está creciendo de forma exponencial”.
febrero 13/2020 (Diario Médico)